Comienza corrida de San Fermín
Amanda Rivkin/AP
Viernes, 06 de Julio de 2007
"Los Sanfermines", que se realizan desde 1591, atraen a decenas de miles de personas de toda Europa. Foto AP
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Pamplona, España, 6 de julio. Millares de personas se rociaron entre ellas con vino espumante mientras estallaban fuegos artificiales al mediodía del viernes, en esta ciudad del noreste de España, al comenzar la fiesta de San Fermín, donde son soltados toros en las estrechas callejuelas.
"Hombres y mujeres de Pamplona ¡Viva San Fermín!" gritó la alcaldesa de Pamplona Yolanda Barcina desde el balcón de la municipalidad. Debajo, una multitud se congregó en la plaza situada frente a la alcaldía, la mayoría luciendo camisas y pantalones blancos, y con pañuelos rojos al cuello, la tradicional vestimenta del festival.
El "chupinazo", el estallido de un cohete al mediodía, inaugura oficialmente la fiesta de nueve días de duración, que fue popularizada a nivel internacional por la novela "Fiesta" (The Sun Also Rises), de Ernest Hemingway, que se centra en torno a las diarias corridas de toros.
La primera salida de los toros se lleva a cabo el sábado. El espectáculo, que se repite cotidianamente hasta el 14 de julio, es televisado en vivo.
Muchos de los asistentes a la fiesta pasaron la noche bebiendo y celebrando previo al "chupinazo".
Thuy Trinh, de 28 años, una mujer abstemia procedente de Londres, podría haber sido la única persona sobria en la multitud de parranderos.
"Parece algo loco, pero me encanta ver a personas que disfrutan" de una fiesta, señaló.
"Los Sanfermines", que se realizan desde 1591, atraen a decenas de miles de personas de toda Europa, así como de Australia y los Estados Unidos.
Sara Newey, de 23 años, y Rene Armstrong, de 25, procedentes de Perth, Australia, informaron que en las últimas 12 horas habían bebido una botella de whiskey estadounidense Jack Daniels, varias botellas de sangría, y seis cervezas cada una.
"Hay que continuar", dijo Newey mientras sostenía un cartón de sangría en una mano y una botella de vino espumante en la otra. Formaban parte de un contingente de 600 turistas australianos.
En las encerradas, que se realizan cada mañana a las 8, los asistentes prueban su coraje al ser perseguidos por seis toros durante un tramo de 800 metros, desde un corral hasta el circo de toros de la ciudad. Cada tarde, los toros mueren en el circo, a manos de toreros profesionales.
Desde que comenzaron a llevarse registros, en 1924, un total de 13 personas han muerto en las corridas. La última muerte, de un norteamericano de 22 años, ocurrió en 1995.
El jueves, centenares de miembros de la organización Personas en favor del tratamiento ético de los animales, un grupo de defensa de los animales, con sede en Estados Unidos, realizaron una demostración lanzando consignas como "Tortura no es cultura", y "¡Toros sí! ¡Toreros no!" Los manifestantes desfilaron prácticamente desnudos.