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Hay que repensar la Conquista: Guy Rozat Dupeyron

El Discurso
Martes, 29 de Marzo de 2016

La conquista de México se realizó y desarrolló a la sombra de una larga Edad Media hispana. Foto: INAH       ver galería

* En vísperas del 500 aniversario de este acontecimiento “sobre el cual muchos prefieren no interrogarse”, cree más necesario que nunca hacer su relectura

* Los días 30 y 31 de marzo, y 1 de abril, en la Universidad Veracruzana, en Xalapa, se realizará el XII Seminario de Historiografía. Repensar la Conquista

Decía el autor de La invención de América, Edmundo O’Gorman, que “el pasado es fuente inagotable de posibilidades, sobre todo cuando se le sujeta a cuestión de tormento”, y hay historiadores como Guy Rozat Dupeyron que gustan atizar el fuego para vislumbrar mejor en “esa especie de hoyo negro de los orígenes nacionales” que es el relato de la conquista de México, un momento clave “sobre el cual muchos prefieren no interrogarse”.

En este 2016, Guy Rozat cumple cuatro décadas como profesor-investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y a escasos días de celebrar 73 años de vida (nació un 5 de abril, en Bobo-Dioulasso, Burkina Fasso) el emérito continúa con “terquedad” el proyecto de repensar la conquista y la destrucción del antiguo mundo mesoamericano, para lo cual plantea la construcción de una nueva historiografía dedicada a su estudio.

En la invitación que tanto él como el doctor Gerardo Galindo, de la Universidad Veracruzana, hacen del XII Seminario de Historiografía de Xalapa, que se realizará en dicha casa de estudios los días 30 y 31 de marzo, y 1 de abril, ambos se dicen convencidos de que “las antiguas culturas de México merecen más explicación de un momento clave del proceso de su desaparición, para que las nuevas generaciones de mexicanos puedan encontrar, en esta búsqueda, nuevos derroteros identitarios”.

El director de la revista Graphen, Revista de Historiografía piensa que es un error plantear que los frailes cronistas del siglo XVI actuaron como primeros antropólogos, pues sus relatos, historias y textos no reflejan la realidad prehispánica, y por ende, no debieran ser utilizadas por los interesados en estos periodos como verdaderas enciclopedias objetivas, porque no lo son.

“La conquista de México se realizó y desarrolló a la sombra de una larga Edad Media hispana, donde la realidad prehispánica nunca se reflejó como tal en los textos, crónicas e historias hispanas y novohispanas. Lo que se manifestó fue una interpretación muchas veces recreada en Occidente, que integraba en sí elementos de obras grecorromanas, de la patrística cristiana, de la obra medieval y revelaciones bíblicas”.

Aunque el sueño de su madre era que algún día fuera un correcto funcionario de correo, desde su juventud en La Rochelle, Guy Rozat se concibió como un rebelde, incluso vivió en una comuna en aquellos imaginativos tiempos del Mayo Francés. “En el movimiento del 68, el regreso a la tierra era un componente muy fuerte, me ayudó a pensar otra vida, fue una manera de reencontrar los modelos antiguos, y ese modelo hippie me hizo repensar mucho lo medieval”.

El joven, que prefería el coro a la escuela, terminó estudiando una licenciatura en Letras en la Universidad de Poitiers, y la maestría y el doctorado en Sociología en la Université de Nanterre-París X.

“Estudiar sobre América Latina y México me llevó a encontrar civilizaciones agrarias, campesinas, como las que había estudiado antes, sobre todo las del mundo asiático como China. En un tiempo también me interesó la península Arábiga, es decir, me interesaba el desarrollo del proceso agrícola, porque soy descendiente de campesinos franceses proletarizados.

“Durante años, la escuela me ofreció un modelo de negación de lo campesino. En Francia se negaba al campesino, todavía hasta hace unos años se tomaba como insulto. La escuela negaba mis orígenes, los que viví, con los que crecí en casa: comida, casa, tradición, una manera de ser”.

Desde su formación heterodoxa, ya afincado en México y junto a otros profesores de Antropología Social como Ricardo Melgar y Rolando González, Rozat motivó el programa académico que dio origen a la carrera de Historia en la Escuela Nacional de Antropología e Historia del INAH.

En su casa de La Pitaya, un edén cercano a Xalapa, Veracruz, desde el que escribe ensayos para su blog Repensar la Conquista y donde vive con su mujer, la historiadora Fernanda Núñez Becerra, y varios animales: una gata zalamera, dos perras, conejos, patos, gallos y gallinas, Guy Rozat se muestra consciente de que “hoy la gente no quiere saber nada de la Conquista, o muy poco. Se ve como una época deshonrosa”.

En la cuenta atrás de lo que será el 500 aniversario de la conquista de México, el investigador del Centro INAH Veracruz cree más necesario que nunca aproximarse al hecho bajo un aparato crítico riguroso, en el sentido de que “esos aspectos del mito de la conquista, como el regreso de los dioses, está en los textos, pero en función de un escritor del siglo XVI, que es la escritura teológica de los franciscanos.

“No estoy diciendo que los informantes de Sahagún no lo fueron; son, como él dice, latinistas. ¿Un indio que es latinista le va a decir al cura la verdad indígena? Es un indio latinizado, es un indio de papel. De ahí el título de uno de mis libros: Indios reales e indios imaginarios”.

Se construyó un imaginario para legitimar la conquista en términos teológicos y de la Hispania Victrix, de las armas españolas, porque España era el nuevo pueblo elegido. ¿Qué quiere decir emperador?, jefe de toda la cristiandad. Es el Papa el que confiere ese don, el emperador es el representante de Dios en la Tierra después de él. No es cualquier título.

En el Seminario de Historiografía de Xalapa, Repensar la Conquista, “no queremos negar los textos, sino releerlos en función de lo que se pensaba en esa época. Un ejemplo: Hernán Cortés se presenta como un vencedor, un vencedor de las Indias, los franciscanos y la gente de su tiempo lo ven como un gran general, como lo ve todo el mundo, comparado con Gengis Kan o Alejandro Magno.

“¿Qué tiene esta gente en la cabeza cuando viene a América?, ¿cuál es su bagaje cultural?, ¿cómo se explica que 500 entren en un territorio que desconocen, que continúen la conquista pese a que vayan a morir de disentería, fiebre o sífilis? Eso requería una gran seguridad detrás. Ellos se reconocían a sí mismos, vencedores, porque son portadores de Cristo, los representantes del único poder existente”.

Lo interesante, dijo Guy Rozat, es que ese relato de conquista que precede la conquista cristiana preexiste siglos antes del descubrimiento de América. Por eso lo encontramos en los escritos de Bernardino de Sahagún. Los indios son vistos como los moros de la época, son figuras del discurso, no figuras de la realidad.

“Estamos hablando de tropos discursivos armados en el siglo XVI para dar cuenta de la victoria. Cuando Sahagún escribe el Libro XII de la Historia general de las cosas de Nueva España, la última versión es de 1570, ya se sabe qué pasó. Un tercio o cuarta porción murió no sólo por la violencia, sino por la pandemia. Todo este conjunto mítico son tropos que debemos rastrear en el imaginario occidental para ver cómo fue armándose ese discurso de legitimación”.

Desde el Seminario de Historiografía de Xalapa, se intenta “reabrir la escritura de la historia en México”. Como dice Guy Rozat parodiando el lema de los agraristas de inicios del XX, al igual que la tierra, “la conquista es de quien la trabaja”.

El XII Seminario de Historiografía de Xalapa, organizado por la Facultad de Historia de la Universidad Veracruzana y la revista Graphen, se realizará los días 30 y 31 de marzo, y 1 de abril, en el Salón Azul de la Unidad de Humanidades.

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