La Academia Mexicana de la Lengua rinde homenaje a Margo Glantz

El Discurso
Viernes, 13 de Noviembre de 2020

Glantz estudió letras inglesas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y se doctoró en letras hispánicas en la Universidad de la Sorbona. Foto:PI/Abril Cabrera

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La Academia Mexicana de la Lengua rindió ayer un homenaje a la escritora Margo Glantz para celebrar sus 90 años. La autora ingresó a esa instancia el 21 de noviembre de 1996 con un discurso sobre José Gorostiza y Juan Rulfo, que respondió Carlos Montemayor, recordaron los organizadores del encuentro.

Desde entonces ocupa la silla XXV quien fue definida también como gran promotora cultural, viajera etnóloga influenciada por George Perec, la música, los zapatos de diseñador, una erudita que ha dedicado su vida a estudiar tanto la literatura clásica como la contemporánea, y que ha tendido puentes venturosos entre ella y jóvenes colegas emergentes.

En el conversatorio, moderado por Rosa Beltrán, participaron Felipe Garrido, Adolfo Castañón, Silvia Molina, Rodrigo Martínez Baracs, Liliana Weinberg, Sara Poot Herrera y Fernando Serrano Migallón, quien resaltó la sensatez de Glantz cuando hace unos meses le ofrecieron un cargo en la administración pública (directora del Fondo de Cultura Económica), y lo rechazó, lo cual nos demuestra la inteligencia, el valor de sí misma y el ejemplo que nos da a todos.

El historiador Martínez Baracs recordó que cuando Margo fue agregada cultural en la embajada de México en Londres, en 1988, le envió una carta al editor y diplomático José Luis Martínez para avisarle que en la subastadora Sotheby?s se ofrecía un documento con la firma de Hernán Cortés. ?Mi padre estaba terminando su gran libro sobre Hernan Cortés, de mil páginas, complementado por cuatro tomos de documentos cortesianos, y le respondió muy bien a Margo: ?sí, conozco ese documento, se trata de una carta de Cortés a su mayordomo García de Llerena, de 1531; él estaba en Morelos dedicado a la cacería; es un documento que fue sustraído del Archivo General de la Nación??, narró Rodrigo.

Con los datos que José Luis Martínez envió a Margo, ella pudo hacer su trabajo como agregada cultural para tratar de recuperar el documento, ?que ahora está muy bien resguardado. Ojalá hubieran guardado igual de bien todos los documentos que ahora se robaron.

Este contrapunto entre los robos y subastas de 2020 y los de 1988 que lograron salvar, es un bonito momento para felicitarte por lo que hiciste, porque eres escritora y ensayista, y muy eficiente, reiteró Martínez Baracs.

Glantz estudió letras inglesas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y se doctoró en letras hispánicas en la Universidad de la Sorbona. Es profesora eméri-ta de la Universidad Nacional. Su obra incluye ensayos, cuentos, novelas y crítica.

Sobre todo, es una destacada sorjuanista, desde el ámbito histórico y filológico, hasta el literario, como se puede apreciar en su novela Apariciones. Fundó la revista Punto de Partida, de la UNAM, y fue profesora visitante en las univesidades Yale, Princeton, Harvard, Berkeley, Stanford, Siena, París, Viena y Berlín.

Desde 1994 es miembro del Council of the Humanities Fellow, Princeton. De su prolífica bibliografía, las obras más conocidas son: Las genealogías; El rastro; La Malinche, sus padres y sus hijos, y Sor Juana Inés de la Cruz: ¿hagiografía o autobiografía?

Después de escuchar a sus colegas y amigos, quienes recordaron cómo los recibía la académica en su casa para hablar de sesudos temas literarios mientras daba papilla a su bebé, tocó el turno a la homenajeada, quien conmovida agradeció a la Academia Mexicana de la Lengua.

?Después de todo lo que han dicho de mí, me siento la reina de Roma, o de Coyoacán, como decía mi amigo Sergio Pitol. Casi me lo estoy creyendo que soy maravillosa.

Al aceptar este homenaje, sin quererlo, pero queriéndolo, planteo, quizás, este miedo a la muerte que tiene toda persona que cumple nueve décadas como yo. Estoy muy lúcida, soy una joya arqueológica, pienso, escribo, lo cual me enorgullece, y creo que quizá les voy a dar lata hasta los 100 años, señaló una bromista y siempre jovial Margo Glantz.