La noche inolvidable de Enrique Patrón de Rueda

José Antonio Sandoval / El Discurso
Jueves, 18 de Diciembre de 2014

La dirección de Enrique Patrón de Rueda fue ovacionada de pie por los asistentes al TAP. Foto: José Antonio Sandoval.

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> Celebra en el Teatro Ángela Peralta de Mazatlán 35 años de carrera en compañía de la Orquesta Sinfónica-Camerata Mazatlán; los coros Ángela Peralta y Guillermo Sarabia, y la soprano Eglise Gutiérrez y el barítono Carlos Almaguer

> Emociona a los asistentes la portentosa voz de Almaguer y la estremecedora entrega de Gutiérrez


MAZATLÁN. El público en el Teatro Ángela Peralta, de Mazatlán, Sinaloa, estaba de pie y entregado a uno de los artistas mazatlecos más destacados, a quien le prodigaron un sonora ovación apenas terminó la última nota de la gala operística.

Enrique Patrón de Rueda era festejado en el Teatro Ángela Peralta (TAP). Le celebraban sus 35 años de carrera. Le aplaudían su dirección al frente de la Orquesta Sinfónica - Camerata Mazatlán. Lo ovacionaban por la conducción de las monumentales voces de la soprano Eglise Gutiérrez y el barítono Carlos Almaguer. Por disfrutar la ejecución de la concertino Nina Farvarschuk. Por envolver el recinto con las más de 80 voces del Coro Ángela Peralta y el Coro Guillermo Sarabia.

Obertura de Nabucco, Casta Diva, Escena del III acto de Rigoletto y la Escena triunfal de Aída, entre otras, estaban anunciadas para celebrar esa noche del sábado 6 de diciembre en el TAP.

Pero antes de la música y las voces, sonaron las palabras de las señora Carmina de Rueda en un video, en el que destacó la trayectoria y los sueños de superación de su hijo que lo han llevado a dirigir a artistas como Plácido Domingo, Fernando de la Mora, Ainhoa Arteta, Rolando Villazón, Goria Scalchi y Genaro Sulvarán, entre otros.

Con la Obertura de “Nabucco” inició la noche memorable en el TAP. Pero fue la voz de la soprano Eglise Gutiérrez, quien estremeció a los presentes con Casta Diva, aria de la ópera “Norma”, de Vincenzo Bellini.

Su voz hechizó al público que, deslumbrado por la pasión exhibida por la cubano-estadounidense, no reparó en obsequiarle una sonora ovación al término de su ejecución.

Almaguer, originario de la Ciudad de México, también tuvo una participación destacada.

En Nemico Della patria, de la ópera “Andrea Chénier”, de Umberto Giordano, lució su fuerza, y en el Credo Otello, de Verdi, manifestó su energía .

Gutiérrez y Almaguer combinaron técnica, sensualidad, calidez y fuerza, y lucieron su clase en la Escena del III acto de la ópera “Rigoletto”, de Verdi.

Cuando Nina Farvarschuk repartía caricias musicales con su violín, el maestro Patrón de Rueda estaba embelesado, se le veía feliz.

La Escena Triunfal de “Aida”, de Verdi, marcaba el final del programa y marcó las habilidades del festejado:

Solistas, coros y orquesta trabajaron con precisión y emoción bajo la batuta del director mazatleco.

Intensa fue la escena; majestuosa la conducción; portentosa la ejecución; desde balcones opuestos las trompetas intercambiaban sonidos; al fondo del escenario, el gigantesco coro se manifestaba poderoso y el barítono Almaguer y la soprano Gutiérrez se observaban triunfales en una noche inolvidable.

Una sonora ovación inundó al Ángela Peralta. No se detuvo hasta hacer salir tres veces a los artistas.

Las Mañanitas fue el regalo para un emocionado Enrique Patrón de Rueda, quien obsequió dos encores en las voces de Eglise Gutiérrez y Carlos Almaguer.

El público, de pie, aplaudió la generosidad de los artistas, a las más de 80 voces en coro, a los más de 60 músicos de la orquesta y ovacionó el trabajo que durante 35 años ha enarbolado Enrique Patrón de Rueda en el mundo de la música y la ópera.