Arresto domiciliario de Polanski es un espléndido cautiverio
AP
Viernes, 04 de Diciembre de 2009
Policías caminan frente al chalet de Roman Polanski en Gstaad, Suiza. Foto: AP
|
 |
ver galería
|
GSTAAD, Suiza. La vida de Roman Polanski tomó un giro dramático el viernes, cuando pasó de una cárcel suiza a cumplir arresto domiciliario rodeado de su familia en su lujoso chalet alpino.
No está claro cuánto durará este espléndido cautiverio. El cineasta de 76 años aún enfrenta la amenaza de extradición a Estados Unidos y una posible condena a prisión allí.
Pero seguro que existen suertes peores que estar varado en el exclusivo resort de Gstaad, mirando los Alpes suizos cubiertos de nieve con su esposa y dos hijos, especialmente después de pasar dos meses tras las rejas.
Polanski no puede salir de la casa de tres pisos y sus jardines mientras las autoridades suizas deciden si lo extraditan a Los Angeles para que enfrente una sentencia en un caso de abuso sexual de hace 32 años.
Extrañará los placeres de caminar en la nieve, esquiar o hacer compras navideñas en la calle principal. Pero es una gran mejoría en comparación con su pequeña celda en Winterthur, cerca de Zurich, donde sólo tenía un lavabo, una cama, un retrete, un televisor y un compartimiento de almacenaje.
En la cárcel, podía salir al patio a ejercitarse una hora diaria, podía usar ocasionalmente el teléfono pero sólo podía ver a familiares y amigos una hora a la semana. En Gstaad, Polanski puede organizar sus días como plazca, trabajar en sus películas, hacer llamadas y mandar e-mails cuando quiera.
El director ganador del Oscar puede recibir visitas u ofrecer fiestas y ordenar comidas gourmet. Tiene vistas de los picos nevados, cuartos espaciosos y todas las comodidades de un pueblo conocido por los servicios que ofrece a ricos y famosos.
Claro, está el inconveniente menor del brazalete de monitoreo electrónico, que asegura que Polanski no escape como lo hizo de la justicia estadounidense hace 31 años.
El viernes usaba el brazalete al llegar al chalet en un convoy policial, dijo un vocero del Ministerio de Justicia.
Si Polanski no cumple las condiciones de su fianza, el gobierno suizo confiscará el depósito de 4,5 millones de dólares. El sustancial monto de la fianza fue un elemento clave para otorgarle arresto domiciliario: es la primera vez que se aplica en Suiza a un detenido en un caso de extradición.
Los dos hijos de Polanski — Elvis, de nueve años, y Morgane, de 16 — y su esposa, la actriz francesa Emmanuelle Seigner, esperaron con ansias su llegada la mañana del viernes. Todos fueron vistos asomándose por las ventanas del chalet, espiando tras las cortinas de encaje.
Las autoridades suizas aún estudian la solicitud estadounidense de extradición así como pedidos de los abogados de Polanski de que no lo envíen a Los Angeles, dijo Folco Galli, vocero del Ministerio de Justicia suizo. Indicó que la decisión sobre la extradición se tomaría "en las próximas semanas" pero que no podía decir si ocurriría este mismo año.
Estados Unidos quiere que Polanski enfrente su sentencia por haber tenido relaciones sexuales con una niña de 13 años en 1977.
Galli dijo que Polanski podía hablar con la prensa si quería. Una hora después de llegar a Gstaad, Polanski ejerció ese derecho e hizo llegar a los reporteros un mensaje de que ni él ni su esposa harían declaraciones el viernes.
Policías con chaquetas azul y gris y guardias de seguridad privados resguardaban la propiedad, mientras una cinta de seguridad de rayas rojas y blancas y una cerca de madera marcaban un área alrededor de la casa cerrada a los extraños. Poco después del arribo de Polanski la policía se marchó.
El director de clásicos como "Rosemary's Baby", "Chinatown" y "El pianista" ha estado bajo la custodia suiza desde su arresto el 26 de septiembre, a pedido estadounidense, al llegar a Zurich para recibir un premio a su trayectoria en un festival de cine.
Polanski fue acusado inicialmente de violar a la niña tras servirle champaña y darle una pastilla de Quaalude durante una sesión de modelaje en 1977. Enfrentaba seis cargos que incluían violación mediante el uso de drogas, abuso de menores y sodomía, pero se declaró culpable de un cargo menor de coito sexual ilegal a cambio de que se desestimaran el resto de los cargos.
El juez lo mandó a prisión por 90 días para una evaluación psicológica. El evaluador liberó a Polanski tras 42 días, pero el juez dijo que lo pondría tras las rejas nuevamente para que cumpliera el resto de la pena.
Polanski se fugó de Estados Unidos el 1 de febrero de 1978, mismo día que sería formalmente sentenciado. Desde entonces ha vivido en Francia, que no extradita a sus ciudadanos.
El realizador alega que el juez y los fiscales estadounidenses actuaron indebidamente en su caso. Sus abogados pedirán en California que se desestimen los cargos.