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Disfrute de la ciudad de México por 20 dólares

Kimbely N. Chase/AP
Lunes, 05 de Marzo de 2007

Empiece visitando el centro histórico, donde le impresionará la magnitud de la inmensa plaza central, llamada el Zócalo.Foto:PI/Enrique CONTLA       ver galería

Mexico. 5 de marzo. En la ciudad de México con un dólar se puede ir muy lejos, pero con 20 un viajero tiene la oportunidad de ver luchadores enmascarados torcerse en acrobáticas llaves, elegir el repertorio de un conjunto de vistosos mariachis o darse un baño de historia.

Las opciones sobre lo mucho que se puede en esta metrópolis son casi tantas como sus 20 millones de habitantes _que se hacen llamar chilangos_, pero muchas de las que le sugerimos le ayudarán a ahorrar dinero mientras disfruta de la ciudad.

Empiece visitando el centro histórico, donde le impresionará la magnitud de la inmensa plaza central, llamada el Zócalo. Si va en un fin de semana puede toparse con un concierto al aire libre, vendedores de artesanías, grupos de baile tradicional o pacíficos manifestantes.

Luego explore los edificios alrededor de la plaza, ya que ahí le espera un maremoto de historia, empezando con los aztecas, cuyo centro ceremonial estaba ubicado allí antes de que los españoles construyeran encima. En el Templo Mayor, más allá de la esquina nordeste del Zócalo, los arqueólogos siguen excavando las ruinas de la civilización que sucumbió ante los conquistadores. La entrada al museo y al sitio arqueológico cuesta 45 pesos (4 dólares), de martes a domingo de 9 a.m. a 5 p.m.

Al norte del Zócalo y al lado de las ruinas aztecas se encuentra la Catedral Metropolitana, construida a lo largo de más de dos siglos y diseñada por 16 arquitectos. Al este se encuentra el Palacio Nacional, sede del poder ejecutivo de la nación, y al sur se ubica la sede del gobierno municipal.

Mientras está en el centro no se puede perder una comida mexicana tradicional en el Café Tacuba, cuyo diseño y atmósfera le transportará a las épocas históricas del país. El café está en una antigua casona colonial decorada con azulejos rojos en la calle Tacuba 28, a sólo unas cuadras del Zócalo. La comida cuesta 180 pesos (16 dólares) incluyendo entrada, plato fuerte, postre y café. Está abierto de las 8 de la mañana hasta 11:30 de la noche.

Una vez que haya conocido la diversidad y la historia resumida en el Zócalo, tal vez estará listo para una noche en la ciudad. Unas vacaciones en México serían incompletas sin pasar la noche bailando al ritmo de la música romántica norteña o menearse al compás de la cumbia.

Pero si de mariachis se trata visite la Plaza Garibaldi, donde los músicos se agolpan a la espera de que alguien se acerque a pedirles sus servicios para acompañar una cena en algún restaurante cercano o evento especial.

Para bailar música norteña en un ambiente que combina lo mejor de lo tradicional en una moderna sala de música vaya al rodeo Santa Fe en Satélite, al norte de la ciudad. Tienen bandas, cumbia norteña y quebradita, mientras en el salón Disco Darma también encontrará música rock, pop y tecno. Para precios, carteleras y direcciones, visite www.rodeosantafe.com.mx

El viajero intrépido no debe omitir la lucha libre, el deporte del legendario "El Santo". Puede ver luchadores gigantes enmascarados darse puñetazos en una vieja arena del centro e incluso se puede comprar una máscara por unos 50 pesos y gritar obscenidades junto con el público agitado. La mayoría de los balanceos, brincos y golpes son coreografiados, pero siempre hay algún accidente inesperado. Reserve sus boletos en www.ticketmaster.com.mx o cómprelos antes de la función en la Arena Coliseo o la arena México por alrededor de 150 pesos.

Después de ver la ciudad nocturna vale la pena ponerse más serio para explorar la amplia selección de museos, la mayoría de los cuales cobra menos de 50 pesos (4,5 dólares). Muchos están esparcidos en uno de los parques más amplios de la ciudad, el Bosque de Chapultepec. Encontrará monumentos, patios de recreo y comediantes ambulantes mientras descansa de las calles llenas de autos.

Para desplazarse por la ciudad puede tomar un Turibús, un autobús de dos pisos que, por 100 pesos (9 centavos de dólar) entre semana, le llevará a los sitios más destacados de la ciudad. Sus rutas y horarios están apuntados en www.turibus.com.mx. El eficiente sistema de metro de la ciudad le llevará a donde quiera por solo 2 pesos (17 centavos de dólar) por viaje. Bájese en Auditorio o Chapultepec, y camine al Museo de Arte Moderno, el Museo Rufino Tamayo o el Museo Papalote para niños.

Los aficionados a la historia no se deben perder el Castillo de Chapultepec, una impresionante mansión construida durante la década de 1780 como casa de verano para los virreyes españoles antes de que fuera convertida en una escuela militar. Fue el último punto de resistencia contra los Estados Unidos en 1847 en donde legendarios cadetes o "Niños Héroes" saltaron del castillo con la bandera en vez de capitular ante el enemigo.

El emperador francés Maximiliano reconstruyó el castillo en los años 1860 y luego fue la residencia de los presidentes de México _incluido Porfirio Díaz y los primeros líderes posrevolucionarios_, hasta que se convirtió en museo en 1940. El boleto para el Museo Nacional de Historia, que alberga el castillo, cuesta 45 pesos (4,5 dólares) de lunes a sábado y los domingos es gratis.

Al otro lado del Paseo de la Reforma puede visitar el Museo Nacional de Antropología. Las exhibiciones empiezan con los primeros seres humanos que llegaron a las Américas, recorriendo la historia hasta la cima de las culturas azteca y maya y los indígenas de hoy.

La entrada a la colección permanente cuesta 45 pesos (4 dólares) de martes a sábado, de 9 a.m. a 7 p.m. Es gratis los domingos para mexicanos y extranjeros residentes en México. El museo está en el Paseo de la Reforma, en el bosque de Chapultepec, y las paradas de metro más cercanas son Auditorio y Chapultepec. Frente al museo no se pierda los bailes tradicionales y los Voladores de Papantla, cuatro bailarines que se cuelgan por el tobillo desde un palo de treinta metros de altura y van descendiendo en espiral al piso lentamente en un antiguo ritual.

Otro museo que vale la pena visitar es el Palacio de Bellas Artes, conocido como el principal centro cultural de México. A sólo unas cuadras del Zócalo, su construcción empezó durante el mandato de Porfirio Díaz, pero el proyecto original de cuatro años se alargó a 30 años por un hundimiento de suelo de unos 5 metros y los eventos políticos de 1910.

El Palacio es conocido por su arquitectura europea, su teatro y su museo, y no se puede omitir su cortina de mosaicos de cristal diseñada por el mexicano Gerardo Murillo y confeccionado en los talleres de Tiffany en Nueva York en 1911. En la entrada del edificio hay decoraciones "art deco" realizadas en París por Edgar Brandt.

Los interesados en los muralistas mexicanos del último siglo pueden ver obras impresionantes de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, creadas especialmente para este lugar y que se extienden del piso hasta el techo. El museo está abierto de martes a domingo, de 10 a.m. a 6 p.m. La entrada es 25 pesos (2,2 dólares) y gratis los domingos.

Si todavía le quedan energía o dólares puede darse un capricho con un recorrido de la Colonia Condesa, el barrio con más onda de la ciudad, que cuenta con bares, clubes y restoranes.

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