Multitud reunida en Italia para honrar a Pavarotti
Colleen Barry y Trisha Thomas/AP
Jueves, 06 de Septiembre de 2007
El público aplaudió en señal de respeto mientras el féretro con los restos del tenor era introducido a la catedral. Foto:AP
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Modena, Italia. 6 de septiembre. Cientos de personas se reunieron el jueves por la noche en la plaza principal de Módena para despedir a Luciano Pavarotti, cuyo vibrante do de pecho y carisma inigualable lo convirtieron en uno de los cantantes de ópera más festejados desde Caruso.
El público aplaudió en señal de respeto mientras el féretro con los restos del tenor era introducido a la catedral de su ciudad natal, donde se programó el funeral para el sábado. Pavarotti murió el jueves por la madrugada a los 71 años tras batallar un cáncer pancreático durante un año.
Aunque Pavarotti conmovió al mundo entero con lo que un admirador llamó "la última gran voz" de la ópera italiana, su legado va mucho más allá de este género. El tenor colaboró con cantantes clásicos e iconos del pop de igual modo para llevar la ópera a las masas, rescatando el arte de la oscuridad intelectual en el proceso.
De muchas maneras, Pavarotti cumplió con los requisitos que la imaginación popular atribuye a un astro de la ópera. A menudo usaba una colorida bufanda y un sombrero, y aunque no siempre tuvo barba, era difícil imaginarlo sin la suya. Su corpachón _y un restaurante en su propiedad en Módena_ eran testimonio de su apetito de gourmet.
Pero por encima de todo, su voz absolutamente cristalina, apreciada por su dicción, lo convirtió en el tenor más elogiado desde Caruso. "Pavarotti era la última gran voz italiana capaz de mover al mundo", dijo Bruno Cagli, presidente de la Academia Nacional de Santa Cecilia en Roma.
Y, consecuentemente con ello, el mundo le rindió un homenaje. Dentro de la Piazza Grande de Módena, cientos de personas se reunieron para la primera noche en que se permitirá que el público pueda ver el cuerpo del tenor. El área era vigilada por policías a caballo, y las autoridades municipales se colocaron junto a las puertas de la catedral mientras un grupo de agentes mantenía a los dolientes detrás de unas rejas.
Las autoridades se preparan para una asistencia masiva de personas: se colocarán pantallas gigantes de televisión cerca de la catedral donde el primer ministro Romano Prodi, entre otras personalidades, dará el último adiós al cantante.
Apenas horas después de la muerte de Pavarotti, las autoridades de Módena habían colocado información en la página municipal de internet, ofreciendo detalles de los servicios extraordinarios de transporte público que se implementarán para ayudar a que los dolientes se trasladen desde los estacionamientos hasta el centro de la ciudad para los servicios religiosos del sábado.
En sus mejores épocas, Pavarotti era conocido como "el rey del do de pecho" por su facilidad para alcanzar las notas más altas. La soprano venezolana Inés Salazar recordó haberlo oído calentar la voz tras bambalinas y pensó que en realidad estaba grabando un disco. Incluso cuando los críticos se quejaban de que había perdido su voz, a las audiencias no les importó.
Aunque los amantes de la ópera adoran las grabaciones que hizo con la soprano Joan Sutherland, Pavarotti se filtró a las colecciones de CDs de los amantes de la música popular al mezclar notas con Elton John, las Spice Girls, Sheryl Crow y Liza Minnelli, entre otros.
Fue el artista de música clásica de mayor éxito entre el público, con más de 100 millones de discos vendidos desde la década de 1960, y tuvo el primer álbum de música clásica en llegar al primer sitio en las tablas de popularidad de música pop.
Bono, el líder de la banda U2, dijo que Pavarotti era "un gran volcán de hombre que cantaba fuego pero derramaba amor a la vida en toda su complejidad".
"Nadie podría habitar esas melodías acrobáticas y letras como él. Vivía las canciones, su ópera era un gran mezcla de alegría y tristeza; surrealista y terrenal a la vez", afirmó Bono en un comunicado. "Incluso cuando la fuerza de la voz había disminuido, sus habilidades interpretativas lo dejaron como un gigante entre algunos hombres de talla".
Algunas de las mayores estrellas de la ópera estaban en deuda con él, desde los jóvenes talentos a los que apoyó hasta el tenor español José Carreras, quien dijo que Pavarotti lo había respaldado en momentos de dificultad, incluyendo su lucha contra la leucemia. Algunos argumentaron que la ópera misma estaba en deuda con el "Gran Luciano".
"Cuando yo quería construir la ópera de la Bastilla en París hace unos 30 años, me dijeron que estaba loco. La ópera había muerto, afirmaban", declaró el ex ministro de Cultura francés Jack Lang a una agencia noticiosa local. "Pavarotti hizo que la ópera volviera a ser popular y contribuyó a su renacimiento".
Pavarotti buscó comercializar la ópera, y rechazó las acusaciones de que estaba sacrificando el arte. Le encantaba que los conciertos enormemente exitosos de "Los Tres Tenores", en los que participó junto con Plácido Domingo y Carreras hubieran llegado a 1.500 millones de personas, llenando estadios.