Bolivia recibe a presidentes en medio de severa crisis

Alvaro Zuazo/AP
Viernes, 08 de Diciembre de 2006

La crisis en la ciudad ha llegado juunto a decenas de personas independientes a una huelga nacional de hambre contra el gobierno. Foto AP

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Cochabamba, Bolivia, 8 de noviembre. El presidente Evo Morales es el anfitrión desde el viernes de una II Cumbre Sudamericana que quisiera centrada en la integración energética del continente, cuando su gobierno enfrenta una aguda crisis política que hace temer con enfrentamientos e incluso la división del país.

La reunión debe inaugurarse al final de la jornada con la asistencia, según la Cancillería, de al menos nueve mandatarios, y tiene como escenario a esta ciudad del centro del país, a donde la crisis interna ha llegado con la incorporación de decenas de personas independientes a una huelga nacional de hambre contra el gobierno.

Sólo los presidentes de Colombia y Argentina estarían ausentes.

A poco de la llegada de los mandatarios invitados, desde la oriental ciudad de Santa Cruz se denunció que en la madrugada del viernes desconocidos dispararon una ráfaga de ametralladora contra la casa del principal líder cívico del país, Germán Antelo, quien encabeza en esa región las protestas contra Morales.

Daniel Castro, vocero del Comité Cívico de Santa Cruz --considerado el gobierno moral de esa región oriental, la más rica de Bolivia-- confirmó a la AP que la vivienda de Antelo recibió seis impactos de bala, pero sin que hubiera heridos. En el oriente son cada vez más las voces que hablan de una separación del país.

La oposición, varios prefectos (gobernadores), incluido el de Cochabamba, el influyente movimiento cívico del oriente y sur del país, y ahora también el de este departamento central, alientan el ayuno, que cuenta con el concurso de más de 800 personas en huelga en todo el país, contra supuestas intenciones del gobierno de dictar una constitución "a su medida".

La oposición, sectores independientes y la empresa privada exigen que el oficialismo respete la ley de convocatoria a la Asamblea donde se establece que para la aprobación de la nueva constitución serán necesarios dos tercios de los votos, pero el gobierno insiste en que será aprobada en gran parte por la mayoría absoluta, con la que cuenta en el foro.

La creciente tensión interna ha obligado a reforzar la presencia policial en Cochabamba y al despliegue incluso de tropas de las fuerzas armadas para garantizar la seguridad de los mandatarios.

El comandante de la policía nacional, general Isaac Pimentel, ha advertido que no permitirá el acceso de eventuales marcha de protesta a la zona donde debe realizarse la Cumbre, entre el viernes y sábado, porque los manifestantes serán reprimidos.

El vicepresidente Alvaro García, como el propio Morales, han tratado de minimizar la crisis, después de lanzar duros ataques contra la oposición y los ayunadores en los últimos días, y ha adelantado que Bolivia pretende que en esta Cumbre se reconozca que, en su condición de principal productor de gas natural de la región, debe convertirse en el corazón energético de la región.

El deseo podría tropezar con el plan del presidente venezolano Hugo Chávez, estrecho aliado de Morales, de convertir a su país en el primer exportador de gas de Sudamérica mediante un gasoducto desde ese territorio hasta Argentina.

A su vez, el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, señaló que con esta Cumbre se busca además que los sectores populares del continente reunidos también en Cochabamba en una Cumbre Social paralela y complementaria empiecen a asumir la conducción del proceso de integración.

"Quienes presidan la integración de aquí para adelante, quienes promuevan la integración, quienes otorgue la visión serán los pueblos, los indígenas, la población civil organizada, pero también los gobiernos", indicó, al acusar a los empresarios de Cochabamba, varios de los cuales también están en huelga, de intentar sabotear la Cumbre.