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Debate sobre guerra civil en Irak tiene contenido político

Steven R. Hurst/AP
Domingo, 03 de Diciembre de 2006

La actual guerra de Irak esta en pleno debate sobre la guerra civil. Foto:AP       ver galería

Bagdad, Irak. 3 de diciembre. El debate en Estados Unidos acerca de si la violencia en Irak equivale a una guerra civil es más que una distinción semántica, ya que refleja diferencias profundas acerca de qué pueden y deben hacer los estadounidenses para tratar de salvar una situación desesperada.

Los políticos admiten que la calificación que le den a la situación militar en Irak puede influir sobre lo que el público piense sobre el conflicto: inútil, funesto, desalentador, ganable.

Calificar de guerra civil la violencia desencadenada en Irak implica que las divisiones étnicas y sectarias en Irak son irreconciliables y que la victoria de alguna de las facciones _de concretarse_ podría demorar años y costar muchas vidas más de estadounidenses.

Jessica Tuchman Mathews, presidenta de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, dijo que el debate acerca de cómo calificar el conflicto es esencialmente posible. "Todo el debate tiene una significación subyacente: ¿cuán grave es?", comentó.

Algunos de quienes ven a Irak sumido en una guerra civil argumentan que el fracaso evidente de los militares estadounidenses por contener el caos demuestra que Estados Unidos debería retirar sus soldados y sacarlos de la línea de fuego. Otros dicen que la calificación es acertada, pero sugieren que Estados Unidos debería estar dispuesto a despachar más soldados a la región, permanecer mucho más tiempo que lo que cualquiera espere, o ambas cosas.

Los que culpan de la carnicería diaria a los terroristas y matones tienden a ser más optimistas, por considerar que Estados Unidos todavía puede ayudar a los iraquíes a sentar las bases de una nación estable y democrática en el Medio Oriente. Agregan que quienes dicen que Irak experimenta una guerra civil exageran el precio del éxito.

Quien se opone más que nadie a calificar la situación iraquí de guerra civil es, por supuesto, el presidente estadounidense George W. Bush, quien persuadió a Estados Unidos a invadir Irak y derrocar a Saddam Hussein en el 2003, desencadenando una insurgencia que nadie en su gobierno parecía anticipar.

"Hay mucha violencia sectaria, fomentada en mi opinión debido a los ataques de al-Qaida que suscitan represalias", dijo Bush recientemente. "No voy a retirar nuestras fuerzas antes de que la misión esté completada".

El término guerra civil tiene varias definiciones. El Diccionario New World College de Webster la califica de "guerra entre sectores geográficos o facciones políticas de la misma nación". El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua la define como la guerra "que tienen entre sí los habitantes de un mismo pueblo o nación".

James Phillips, investigador de Middle Eastern Affairs en la Fundación Heritage, conservadora, partidario de que Estados Unidos siga en Irak, prefiere calificar la situación de "guerra terrorista encubierta".

Phillips dijo que en una guerra civil dos bandos claramente definidos luchan por territorio en una nación políticamente dividida. Agregó que eso no ocurre en Irak, donde múltiples facciones compiten por el poder, los insurgentes suníes no controlan territorio y todavía hay un ejército nacional.

Anthony Cordesman, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, quien dijo hace dos años que el gobierno de Bush cometió un "tremendo error de cálculo" sobre la insurgencia en Irak, dice que es una guerra civil.

"Irak ya está en un estado de por lo menos guerra civil limitada, que bien podría estar intensificándose al nivel de un conflicto civil importante", comentó recientemente.

Daniel Byman, experto en política exterior del Brooking Institution, escribió en agosto en el Washington Post que "el debate ha concluido: según toda definición, Irak está en un estado de guerra civil. Por cierto, lo único que se interpone entre Irak y una devastación total tipo Bosnia son 135.000 soldados estadounidenses... y aun así, simplemente están desacelerando la caída".

En una entrevista, Byman explicó que Irak reúne todos los requisitos aceptados por las ciencias sociales para una guerra civil: "más de mil muertos en batalla, centros múltiples de autoridad" y una cantidad significativa de refugiados.

Agregó que a su juicio existe un peligro inminente de que el caso se propague a un "conflicto civil en gran escala" en la región. Byman ha escrito que Irak requeriría cientos de miles de soldados extranjeros y un "poderío militar abrumador para forzar un acuerdo político" e impedir que el conflicto se extienda a las naciones vecinas.

La lucha política por el uso del término guerra civil ha complicado la información sobre el conflicto. Algunos medios informativos estadounidenses _incluyendo NBC y el Los Angeles Times_ han decidido calificar la situación de guerra civil. Otros no. La Associated Press no descarta su uso.

El debate también tiene connotaciones políticas en Irak. Para muchos funcionarios en Bagdad, al igual que en Washington, aceptarlo equivaldría a una admisión de fracaso.

El primer ministro Nuri al-Maliki, al igual que Bush, insiste en que no hay una guerra civil en su país pese a las bombas, emboscadas y asesinatos diarios.

Pero las implicaciones políticas de la frase para algunos jerarcas iraquíes es precisamente lo opuesto que para los críticos de la guerra en Estados Unidos.

Al-Maliki dijo que la ausencia de una guerra civil no es argumento para justificar la presencia de los soldados estadounidenses en Irak. Muy por el contrario. Esas fuerzas, dijo, deben retirarse porque su presencia es la que está causando divisiones dentro de la sociedad iraquí.

Los políticos iraquíes, por cierto, tienden a culpar la mayoría de los problemas de su nación a la ocupación estadounidense y a otras influencias externas, en vez de las tensiones internas. Calificar aquí la situación de guerra civil sería admitir que la violencia está profundamente arraigada en el país.

"No es una guerra civil, pero el resultado de lo que está ocurriendo es mucho más peligroso que lo que sucedió en otras guerras civiles del pasado", dijo el viceprimer ministro Salam Zikam Ali al-Zubaie, un árabe suní. Agregó que la violencia era resultado del "caos político y una agenda extranjera peligrosa".

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