19 de Mayo de 2024 | La Realidad Política
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G-7 recomienda vigilancia de fondos especulativos

Matt Moore/AP
Sábado, 10 de Febrero de 2007

también solicitaron más vigilancia sobre las acciones de los fondos de inversiones de alto riesgo. Foto AP       ver galería

Essen, Alemania, 10 de febrero. Japón emergió de la reunión del Grupo de los Siete sin haber sido reprendido, pese a la crítica previa de que su debilitado yen perjudica a otras economías, mientras que China recibió renovados envites para que flexibilice más su yuan.

Los ministros de hacienda y directores de los bancos centrales de las naciones más ricas del mundo también solicitaron más vigilancia sobre las acciones de los fondos de inversiones de alto riesgo aunque estuvieron a favor de un enfoque conciliador que tendría más alcance dentro de la industria.

Los funcionarios de finanzas del G-7 dijeron que las principales economías desarrolladas del mundo tienen un sólido crecimiento, y añadieron que la eficiencia energética y la diversificación, particularmente las formas renovables, permanecen como prioridad.

"Durante los últimos dos días, discutimos formas para mantener el crecimiento de la economía global de manera equilibrada, incluyendo el estímulo de la demanda doméstica en Japón y Europa y presionando para una mayor flexibilidad cambiaria en China", expresó el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson.

Antes de la reunión, Japón había sido criticado por el comportamiento de su moneda, e incluso algunos representantes europeos se quejaron de que le estaba dando al país una ventaja competitiva.

Pero en el comunicado del G-7, Japón quedó fuera de la declaración de asuntos sobre divisas extranjeras, en tanto que China fue mencionada por su nombre.

"En economías emergentes con grandes y crecientes superávit en cuenta corriente, especialmente China, es deseable que sus tasas cambiaras efectivas se muevan de modo que ocurran los ajustes necesarios", expresaron los ministros.

El estricto control de China sobre su moneda y sus grandes superávit comerciales han promovido temores en Occidente. En su última reunión, el G-7 exhortó a China a permitir que el yuan tenga mayor flexibilidad al responder a movimientos del mercado.

Cuando se formó el G-7, integrado por Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos, China era un estado comunista cerrado y aislado. En los tres decenios transcurridos, el crecimiento económico de China ha sido enorme, estimulado por su adopción de ciertos aspectos del capitalismo.

China ha acumulado más de un billón de dólares en reservas de divisas, comprando dólares para controlar el valor del yuan _ una práctica criticada numerosas veces por el G-7.

Entre tanto, Japón, fue defendido por sus compañeros del G-7 y, sorprendentemente, por políticos de Europa, a pesar de sus preocupaciones de que un yen debilitado abarate los productos japoneses que los fabricados en Estados Unidos.

El ministro alemán de Hacienda Peer Steinbrueck dijo que durante las conversaciones, Japón dejó bien en claro "que la economía japonesa va rumbo de la recuperación y que las tasas cambiarias deberían reflejarlo".

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