Muerte de Pinochet reflota división de chilenos

Federico Quilodran/AP
Lunes, 11 de Diciembre de 2006

Los Chilenos han hecho manifestaciones a favor y en contra del dictador fallecido este domingo. Foto AP

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Santiago de Chile, Chile. 11 de diciembre. Miles de seguidores formaron filas interminables el lunes para llegar hasta el ataúd del fallecido general Augusto Pinochet, mientras que para los funerales este martes los detractores anunciaron actos de repudio a su dictadura.

La muerte de ex gobernante el domingo reflotó la división derivada del golpe militar de 1973 que derrocó al presidente socialista Salvador Allende.

Ya en la víspera se registraron manifestaciones de detractores de Pinochet que salieron a las calles jubilosos por su fallecimiento, registrándose choques con la policía. Se informó que 43 agentes resultaron lesionados y que hubo 99 detenidos.

Filas de varias cuadras se formaron en torno a la Escuela Militar de Santiago donde se levantó la capilla ardiente con el féretro y se realizó un responso por el ex gobernante (1973-1990), en presencia de su familia del gobernante.

La urna color nogal cubierta con la bandera chilena y la capa y la espada del ex jefe militar dejaba al descubierto tras un vidrio medio cuerpo de Pinochet, vestido con uniforme de gala.

En tanto, la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, AFDD, prepara para el martes una concentración junto a la estatua a Allende, frente al palacio de gobierno donde el presidente socialista se suicidó cuando el edificio era asediado por los soldados sublevados.

La diputada socialista Isabel Allende, hija del mandatario, declaró el lunes en España que Pinochet "traicionó su juramento, traicionó al presidente Allende", al derrocarlo apenas 19 días después que lo nombrara jefe del ejército.

"(Fue) un gobernante nefasto y el principal responsable de la acciones más atroces que se han conocido en la historia de nuestro país", agregó.

Durante el régimen militar, murieron 3.197 opositores, entre ellos 1.200 detenidos desaparecidos.

Miles, que opinan que Pinochet los salvó del comunismo y de la ruina económica, esperaron largas horas bajo un fuerte sol para llegar hasta el ataúd del general, muerto a los 91 años de edad.

Pinochet será despedido con honores militares luego de una misa que se realizará el martes en la Escuela Militar, pero sin recibir honores de estado, como pedían algunos de sus familiares y políticos de la oposición derechista.

La presidenta socialista Michelle Bachelet, que tenía en sus manos la decisión de otorgar los altos honores a Pinochet, dijo el lunes que decidió "pensando en todo el país".

"Tengo un concepto muy formado acerca de un periodo doloroso, dramático y complejo que vivió nuestro país", declaró el lunes.

Agregó que "Chile no puede olvidar. Sólo así tendremos una mirada constructiva de nuestro porvenir, garantizando el respeto a los derechos fundamentales de todas y todos los chilenos".

El ministro del Interior, Belisario Velasco, dijo que Pinochet pasará a la historia como "un clásico dictador de derecha, que violó gravemente los derechos humanos y que se enriqueció, ésa ha sido la tónica de los dictadores de derecha en América Latina".

Añadió que Pinochet fue despojado de su fuero como ex presidente y que fue sometido a proceso en varios casos por violaciones a los derechos humanos y en uno por enriquecimiento ilícito.

En los funerales el gobierno estará representado por la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, aunque el hijo menor de Pinochet, Marco Antonio, dijo que no desea la presencia de nadie del gobierno.

"Espero que, por respeto a mi familia, no participe el gobierno, que la gente que sí lo quería se presente a su exequias, pero no quiero actos hipócritas, por respeto a mi madre y a mi familia", declaró.

Pinochet hijo defendió el derecho a la presentación de honores a su padre denegados por el gobierno. "Le corresponden, porque se entregó por este país y lo sacó de un caos tremendo", dijo en alusión al golpe militar de 1973 que derrocó al presidente socialista Salvador Allende.

Dijo que son "parte de la miseria humana" las manifestaciones de celebración de los detractores de Pinochet que se lanzaron a las calles para festejar el mismo domingo tras difundirse su fallecimiento.