Ofrenda Zocalo Capitalino dedicada la Catrina

El Discurso
Viernes, 01 de Noviembre de 2013

Esta tradicion es considerada y protegida por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Foto Antonio Nava

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“La muerte, es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera": José Guadalupe Posada


El olor a la flor de cempasúchil y el humo de incienso ya había invadido el corazón de la ciudad de México minutos antes de las 14:40 horas, previo a la inauguración de la Celebración de Día de Muertos 2013.

Esta mística tradición, compartió Lucía García Noriega y Nieto, Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, es parte de la historia del hombre en todo el mundo; en México, el culto a los muertos se ha manifestado en diferentes culturas y está presente en todos los momentos de su vida.

Como un símbolo plástico de este culto y quizá el más representativo, es la ofrenda de muertos, detalló la funcionaria ante las 3 mil almas presentes en la celebración que anunciaba sus primeros minutos de haber sido instalada.

Esta representación popular mexicana, recordó la secretaria, es una de las más conocidas internacionalmente, tanto que ahora es considerada y protegida por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.


En este contexto, la huesuda se instaló en el Zócalo: en forma de Tlatoani y hasta viajando en autobús de la RTP.

Entre las ofrendas se encuentra la de la Secretaría de Desarrollo Económico, bajo el título Fiesta de la vida a través de la muerte 2013, fue erigida a manera de calaverita gráfica, al incluir las fotos de sus funcionarios.

El tema de la delegación Cuauhtémoc fue El Tlatoani Cuauhtémoc, que además de figuras de barro, aserrín de colores y esqueletos creados bajo la técnica de cartonería, colocaron una carroza original de 1928, uno de los 10 vehículos de este tipo que existen en todo el mundo, por su puesto, custodiado por un fúnebre chofer, vestido por un discreto traje negro.

La delegación Milpa Alta colocó una espectacular ofrenda que representa el arte prehispánico con figuras talladas a mano en madera, piedra volcánica que hacen alegoría al Mictlán (nivel inferior de la tierra de los muertos).

Entre otras ofrendas, en medio de esta enorme plaza, y a cargo del Instituto del Deporte, se encuentra un ring en donde dos esqueletos se encuentran dispuestos a iniciar una lucha box. El servicio de autobuses RTP (Atenea), colocó un autobús cuyos pasajeros, se integraban de varios difuntos.

Pero la pieza estrella en el Zócalo es el homenaje al artista José Guadalupe Posada, a 100 años de su muerte, a cargo de la Secretaría de Cultura capitalina: dos piezas de gran formato que despuntan en este gran montaje en honor de los fieles difuntos y todos los santos.

La instalación de la obra, a cargo del colectivo “Ultima Hora” del Faro de Oriente, consisten en piezas elaboradas bajo la técnica de cartonería tradicional, montadas en estructuras de metal. En la primera se distingue la figura del caballo Rocinante y Don Alonso Quijano. También muestra en relieves personajes distintivos de la obra de José Guadalupe Posada como es La Catrina, Calavera Oaxaqueña, La Adelita y La Calavera Borracho.

La pieza secundaria lleva la imagen de José Guadalupe Posada sobre una base en pendiente en la que se representan los personajes del grabado titulado las Calacas del montón: revolucionarios, políticos, borrachos, catrines, toreros, obreros, entre otros.

Mezcla entre dos culturas

El sincretismo entre las costumbres españolas e indígenas originó lo que es hoy la fiesta de Día de Muertos, al ser México un país pluricultural y pluriétnico, tal celebración tiene un carácter homogéneo y va a añadiendo diferentes significados y evocaciones según el pueblo, el grupo social o indígena que la practica, construyendo así, más que una festividad cristiana, una celebración que es resultado de una mezcla de la cultura prehispánica con la religión católica, dictaba Lucía García Noriega, ante un público que atento escuchaba el origen de sus costumbres.

Agregó que la fiesta de Día de Muertos se realiza el 31 de octubre; los días 1 y 2 de noviembre, en cambio, son señalados para celebrar la memoria de todos los santos y todos los fieles difuntos, con la creencia de que las ánimas de estos difuntos, regresan estas noches para disfrutar de los platillos y de las flores que sus parientes les ofrecen.

Así pues, en este recorrido, no será raro que ver entre la muchedumbre catrinas y catrines, personajes medievales, diablos, charros, revolucionarios o adelitas que del inframundo han regresado para festejar con los habitantes de la Ciudad de México, en esta fiesta que permanecerá hasta el lunes 4 de noviembre. El viernes 1°, las actividades iniciarán a partir de las 9:00 horas y concluirán a la 1:00 de la madrugada; los días posteriores, estarán de 9:00 a 21:00 horas.