Parlamento palestino aprueba coalición Hamas-Fatá

Ibrahim Barzak/AP
Sábado, 17 de Marzo de 2007

El gobierno de unidad fue respaldado por 83 legisladores, y otros tres votaron en su contra. Foto AP

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Ciudad de Gaza, Franja de Gaza, 17 de marzo. La nueva coalición de Hamas y Fatá fue aprobada el sábado por una abrumadora mayoría en el parlamento, eludiendo un último obstáculo antes de asumir el reto de convencer a un mundo escéptico para que ponga fin al boicot impuesto hace un año al gobierno palestino.

El gobierno de unidad fue respaldado por 83 legisladores, y otros tres votaron en su contra. En total, el parlamento tiene 132 miembros, pero 41 están en cárceles israelíes.

En un discurso al parlamento, antes de que se vote sobre la coalición del gobierno, el primer ministro Ismail Haniye dijo que el nuevo gobierno busca establecer un estado independiente en las tierras que Israel ocupó tras la Guerra del Medio Oriente (1967), y que Jerusalén sería su capital.

Haniye añadió que el nuevo gobierno ratifica el derecho de los palestinos a resistirse a la ocupación israelí "en todas las formas", pero trabajaría para ampliar su alto al fuego con Israel. La tregua, negociada a finales de noviembre, se aplica a la Franja de Gaza pero no a Cisjordania.

El programa de gobierno, definido la noche del viernes, contenía un lenguaje más moderado que un borrador publicado la semana. Sin embargo, no cumple todavía con las demandas internacionales de reconocer explícitamente a Israel y renunciar a la violencia, y el estado judío anunció que no tratará con el nuevo gobierno palestino.

La portavoz del gobierno israelí Miri Eisin expresó que el presidente palestino Mahmud Abbas y el primer ministro Haniye, de Hamas, hablan en dos idiomas diferentes.

"Me gustaría ver que la población palestina mejorara su situación, y vamos a ver como lo hace el presidente palestino", sostuvo. "Pero no vamos a tratar con este nuevo gobierno", expresó.

Un funcionario de las Naciones Unidas, en tanto, expresó cierta flexibilidad, y Noruega, por su parte, informó a los palestinos que reconocerá a la coalición gobernante y dialogará con sus funcionarios, dijo el ministro de información palestino entrante, Mustafa Barghouti. Lo confirmó un diplomático noruego en Cisjordania.

"Este es un paso importante en la dirección correcta", declaró el enviado de la ONU a Medio Oriente, Alvaro de Soto, que asistió a la sesión parlamentaria. "Observaremos con interés para ver cómo es implementado este programa".

El parlamento se reunió simultáneamente en la Ciudad de Gaza y Ramalá, con una conexión de video. Los legisladores palestinos no pueden converger en un solo lugar debido a las prohibiciones de viaje impuestas por Israel.

La coalición remplaza a un gobierno liderado por el grupo de milicianos islámicos Hamas, que ha efectuado decenas de ataques dinamiteros contra Israel y ganó las elecciones parlamentarias el año pasado.

Con la llegada de Hamas al poder, la comunidad internacional dispuso una serie de sanciones económicas con el fin de presionar al gobierno palestino para que reconozca a Israel y acepte los acuerdos de paz existentes.

La plataforma del nuevo gobierno "respeta" los acuerdos internacionales anteriores sellados por la Organización para la Liberación de Palestina, y establece que las negociaciones de paz sean dirigidas por Abbas. Cualquier acuerdo futuro debería ser sometido a un referéndum nacional, sugiriendo que Hamas no tendría poder de veto.

Ante el parlamento, Abbas, de Fatá, dijo que el pueblo palestino "rechaza la violencia en todas sus formas" y busca una paz incluyente "basada en las negociaciones".

Añadió que los palestinos extendieron la mano a Israel "para lograr la paz de la libertad y la igualdad", e instaban al país a llegar a un "compromiso mutuo... para poner fin a toda la violencia".

Los dos discursos dejaron en evidencia que aunque la brecha ideológica entre Hamas y Fatá se está achicando, aún persisten diferencias fundamentales.

El ministro de finanzas entrante, Salam Fayyad, advirtió que el nuevo gobierno no podría funcionar durante mucho tiempo a menos que la comunidad internacional levante un boicot económico e incremente su asistencia.

Fayyad expresó que no tenía garantías de que las sanciones fueran a eliminarse, pero dijo que esperaba reunirse con los cancilleres de algunos países.

"Enfrentamos una crisis financiera grave", sostuvo. "Sin la ayuda de la comunidad internacional, no será posible que mantengamos nuestras operaciones".