Inmigrantes deportados caen en la pobreza en frontera mexicana
David Maung/AP
Viernes, 15 de Junio de 2007
| El ICE indicó que cada año el gobierno federal ha devuelto más de un millón de indocumentados a la frontera mexicana. Foto AP
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Tijuana, México, 15 de junio. Las ciudades fronterizas mexicanas intentan manejar un influjo de inmigrantes deportados por el gobierno estadounidense, que ha estado expulsando indocumentados a niveles récord, indicaron grupos de ayuda a migrantes.
Muchos de los deportados han pasado décadas trabajando en restaurantes, oficinas y campos de cultivo desde California hasta Carolina del Norte.
Algunos regresan a México prácticamente sin un centavo tras gastar sus ahorros en el pago de abogados para luchar contra sus órdenes de deportación, y terminan viviendo en calles plagadas de delincuencia de ciudades fronterizas como Tijuana, ubicada frente a San Diego, California, donde deben defenderse de policías corruptos, pandillas y ladrones, señalaron grupos protectores de los derechos de los inmigrantes.
Sobreviven limpiando parabrisas de automóviles, en el subempleo o simplemente mendigando, y muchos duermen en la ribera de un río en Tijuana, donde trabajadores humanitarios les llevan alimento y agua.
Las deportaciones se han cuadruplicado desde 1996, cuando una nueva ley ordenó la expulsión inmediata de inmigrantes que regresan a Estados Unidos después de haber sido deportados. Las expulsiones se incrementaron aún más cuando el gobierno federal creó la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), que tiene una unidad dedicada a deportar a inmigrantes ilegales que llevan años viviendo en el país.
El ICE indicó que cada año el gobierno federal ha devuelto más de un millón de indocumentados a la frontera mexicana.
Las autoridades de dicha agencia dicen que intentan demorar las deportaciones durante semanas si los inmigrantes tienen hijos nacidos en Estados Unidos, de forma que puedan conseguir quién se los cuide.
En el 2004, las autoridades federales intentaron romper los vínculos de los indocumentados con los contrabandistas de personas, cuyas cuotas normalmente incluyen varios intentos por cruzar, colocándolos en sitios de la frontera muy distantes al lugar donde fueron capturados.
Sin embargo, el programa hizo enfurecer a algunos texanos, que se quejaron de que traía más indocumentados de Arizona hasta su estado, y el gobierno mexicano protestó por considerar que se quedaban varados en áreas con las que no estaban familiarizados.
El año pasado, las autoridades estadounidenses asignaron 14,2 millones de dólares para un programa piloto que envió por avión a unos 33.900 mexicanos indocumentados a territorio dentro de México, en lugar de dejarlos en la frontera.
