La contaminación en el D.F. puede causar cáncer
Prensa Internacional
Martes, 29 de Enero de 2008
| Además existen otros elementos en el ambiente altamente dañinos que es necesario cuantificar. Foto:PI/Fernando CASTILLO
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México, D.F. 29 de enero. Especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseguraron que los elementos tóxicos que se respiran diariamente en la Ciudad de México, pueden provocar serios problemas de salud pública, como el cáncer.
Agustín García Reynoso, académico del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, afirmó que el gas Formaldehído, generado por la combustión de los autos, disminuye en 67 días por año la esperanza de vida de un individuo.
“A diferencia del Ozono, que no es cancerígeno, se han localizado otros componentes que sí lo son, como el caso del Formaldehído. Este elemento es uno de los principales contaminantes y se genera por la combustión y la quema de biomasa”, señaló.
El especialista aseguró que el mayor riesgo por la exposición a este componente no se encuentra en las zonas al aire libre, sino en lugares cerrados, como las oficinas, donde se concentran los gases, haciendo que la amenaza sea 13 veces mayor que en las calles.
Agustín García Reynoso advirtió que las medidas de prevención tomadas para reducir los índices de Ozono, han aumentado la concentración de Formaldehído, ya que, generalmente, al reducir la generación de un elemento tóxico se potencia la aparición de otros.
“Por ejemplo, cambiar los combustibles por otros ecológicos reduciría el nivel de Hidrocarburos, pero daría pie a un aumento en Aldehídos y entre ellos, el Formaldehído”, reveló.
Sin embargo, García Reynoso indicó que las emisiones de Ozono afectan también el desarrollo de plantas y bosques, provocando la reducción en la producción de madera y satisfactores del campo.
De acuerdo con información difundida por la UNAM, la producción agrícola disminuye anualmente entre el 5 y 10 por ciento, a causa de los contaminantes, lo que podría ocasionar la pérdida totalidad de las cosechas en un plazo de 10 a 20 años.
Por su parte, Álvaro Román Osornio Vargas, jefe del Departamento de Salud y Ambiente del Programa Universitario de Medio Ambiente (PUMA), afirmó que la asociación entre la contaminación y el cáncer, principalmente de pulmón, es una evidencia reciente de los efectos contaminantes, por lo que aún no existe una legislación al respecto.
“El problema es que en México no se han implementado mayores medidas para atender esta situación, a diferencia, por ejemplo, de Estados Unidos, en donde se han detectado 189 compuestos peligrosos, de los que 33 son los más cancerígenos, como el Formaldehído y el Benceno”, resaltó.
De acuerdo con el especialista, la dificultad y el costo de estudiar las diversas toxinas que existen en el ambiente, hace que en la capital del país se monitoreen únicamente los niveles de contaminantes criterio: Partículas en Suspensión, Bóxido de Azufre, Nitrógeno, Plomo, Monóxido de Carbono y Ozono.
En este sentido, Osornio Vargas señaló que existen otros elementos en el ambiente altamente dañinos que es necesario cuantificar.
“El proyecto Megacity Initiative: Local and Global Research (MILAGRO) –dirigido por Luisa y Mario Molina, este último Premio Nobel de Química y egresado de la Facultad del ramo de la UNAM–, ha calculado algunos de ellos, potencialmente cancerígenos, así como su sintomatología”, abundó.
Para concluir, Irma Aurora Rosas Pérez, coordinadora del PUMA, informó que la atmósfera del Distrito Federal es altamente reactiva comparada con otras urbes, como Nueva York.
Irma Rosas planteó que el control de los contaminantes en México es difícil por distintas causas, ya que no existe la tecnología necesaria para cuantificar sus daños y lo que se sabe es gracias al proyecto MILAGRO de Mario Molina.
“Es necesario un estudio enfocado exclusivamente a ello y destinar más profesionales de la química orgánica para encontrar y aplicar medidas urgentes, finalizó.