La violencia familiar atenta contra la salud mental
Laura Rivas/PI
Lunes, 10 de Marzo de 2008
| En un primer momento, al reconocer la existencia del ataque, las víctimas pueden sentir culpa. Foto:PI/Octavio NAVA
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MEXICO, D.F. Especialistas en el tratamiento y la rehabilitación de mujeres que sufren violencia familiar afirmaron que dicho fenómeno atenta contra la salud mental de las víctimas, al ocasionar cuadros complejos de ansiedad, depresión y pérdida de autoestima, los cuales requieren atención especializada en perspectiva de género, ya que pueden ser confundidos con enfermedades mentales.
Durante el seminario “La subjetividad de las mujeres que viven violencia familiar, un problema de salud mental”, Pilar Sánchez Rivero, directora del Albergue para Mujeres del Distrito Federal; Edith Olvera Vázquez, representante de la Asociación para la Defensa Jurídica y Educación de las Mujeres “Vereda Temis”; y Mónica Maldonado Yañez, académica de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH); explicaron que las mujeres víctimas de violación, abuso o incesto al interior de sus familias, sufren cuadros de ansiedad aguda, retraimiento, pesadillas, ataques de ira, nauseas, mareos, anorexia, bulimia o ideación suicida, por lo que comúnmente se les prescribe medicamento psiquiátrico para atender los síntomas, sin tomar en cuenta que se tratara de una problemática emotiva de origen social.
Edith Olvera Vázquez indicó que existe una controversia entre los especialistas para definir en qué casos es lícito medicar a una mujer víctima de violencia y en qué casos resulta contradictorio, lo anterior porque comúnmente, cuando las mujeres abandonan el núcleo familiar en el que fueron violentadas y recurren organismos gubernamentales para su tratamiento, son canalizadas en primera instancia a hospitales psiquiátricos, donde, al revisar los síntomas, les suministran medicamentos que alivian en malestar pero no arreglan el problema de fondo.
“De nada sirve tomar seis meses un fármaco si dentro de seis meses seguirá siendo la misma, es necesario que la rehabilitación sea integral”, afirmó.
En este sentido, la directora del Albergue para Mujeres del Distrito Federal, Pilar Sánchez Rivero, consideró que el tratamiento de las afectaciones mentales ocasionadas por la violencia familiar no debe centrarse en los medicamentos, sino en que las víctimas emprendan la revaloración de sí mismas, la recuperación de su autoestima y el saneamiento de sus relaciones familiares.
De acuerdo con la especialista, las mujeres que llegan al albergue del Distrito Federal desconocen los tipos de violencia a los que fueron sometidas y repiten esos patrones con sus compañeras e hijos, al considerar que se trata de situaciones “normales”.
En un primer momento, al reconocer la existencia del ataque, las víctimas pueden sentir culpa, impotencia por carecer de elementos para probar el abuso o rechazo de la maternidad. Pasada esa etapa, la mujer puede comenzar el proceso de reconstrucción de su vida.
Para concluir, Mónica Maldonado Yañez explicó que la violencia contra las mujeres debe entenderse y buscar erradicarse partiendo del conocimiento de que se trata de una problemática de origen social, en el que a través de la historia se ha negado a las mujeres su condición de individuos, por estar biológicamente determinadas para la maternidad.