Álvarez Icaza: El Ejército no es policía.

Laura Rivas/PI
Miercoles, 30 de Mayo de 2007

La CDHDF señala el riesgo de utilizar a las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública. Foto PI/Karel DEL ÁNGEL

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México D.F., 30 de mayo. Emilio Álvarez Icaza Longoria, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, durante la inauguración del seminario “El Derecho a Defender los Derechos Humanos”, criticó severamente la intervención del Ejército mexicano en la lucha contra el crimen organizado, ya que ésta ha traído consigo constantes violaciones a los derechos humanos de periodistas y activistas sociales, por parte de las Fuerzas Armadas.

El titular de los derechos humanos en el Distrito Federal señaló que el objetivo del seminario es construir una “alarma social” para alertar a la sociedad sobre lo que está pasando en México en materia de violencia hacia comunicadores y defensores de los derechos humanos, haciendo particular hincapié en los abusos cometidos por las autoridades y ejército.

“Es indispensable que quién dirige la gestión pública federal como tal, en sus distintos ámbitos, entienda la centralidad de los derechos humanos como instrumento poderoso para combatir el delito y, en ese particular, respetar la labor de los defensores y respetar la labor de los periodistas, porque además, cuando los defensores intervienen, los atacan, cuando los periodistas hacen su trabajo, los limitan, entonces, está una tendencia extraordinariamente peligrosa de la que hay que advertir, dijo.”

Emilio Álvarez Icaza Longoria informó que México ha recibido recomendaciones de organismos internacionales en los que señalan el riesgo de utilizar a las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública.

“Los soldados no son policías, y es casi un hecho que cuando los soldados salen a la calle a hacer labores de seguridad pública, el resultado son violaciones a los derechos humanos”, puntualizó.

Álvarez Icaza lamentó que, como en las “agendas viejas de derechos humanos”, sigan imputándose los abusos a policías y fuerzas militares, e hizo un llamado a la sociedad para evitar que las agresiones a los representantes de los medios de comunicación sean un hecho cotidiano pues, aseguró, cada atentado que se hace al ejercicio de la libertad de expresión es un atentado contra la democracia.

“No podemos acompañar que para combatir el delito, se cometan delitos, porque entonces quién es más delincuente, el que tiene placa o el que no tiene placa”, insistió.

El ombudsman capitalino reprochó que se considere la defensa de los derechos humanos como un problema para los encargados de la seguridad pública, y afirmó que, al ser la seguridad también un derecho, “tenemos derecho a vivir sin miedo de la delincuencia, pero también vivir sin miedo de los malos servidores públicos.”

Para concluir, Álvarez Icaza leyó los nombres de los 12 periodistas muertos en México durante 2006, y sentenció:

“Todos ellos son indicadores del drama, justamente lo que se busca es acallar su voz. Traerlos al presente busca justamente lo contrario, la capacidad no sólo de la alarma sino de decir que queremos que esto pare y se respeten los derechos de los defensores y de los periodistas”, concluyó.

Al evento asistieron los obispos Samuel Ruiz y Raúl Vera; Amérigo Incalcaterra, representente de la Alta Comisión de las Naciones Unidas; Brisa Maya Solís, Directora del Centro Nacional de Comunicación Social A.C. y Fabienne Venet, Directora General de Sin Fronteras A.C.