México: suerte, y preparación, redujo devastación del Dean
AP
Jueves, 23 de Agosto de 2007
| Aunque causó terror en México, y trajo la muerte a por lo menos ocho personas. Foto:AP
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Poza Rica, México. 23 de agosto. Aunque causó terror en México, y trajo la muerte a por lo menos ocho personas, tras arremeter contra la costa como el tercer huracán más poderoso del Atlántico de que se tenga memoria, la bestia furiosa causó afortunadamente menos destrucción que la temida.
Hubo, por cierto, vasta destrucción de casuchas, de plantaciones de azúcar, de cultivos de maíz y de mangos. Y las pérdidas por seguros se calculan en menos de 300 millones de dólares. Aún así, el Dean no trajo el vasto desastre que muchos temían.
¿La razón? Preparativos en gran escala ... y una enorme suerte. Pues la tormenta pasó por una serie de lugares donde podía causar gran daño, pero ya estaba debilitada.
El Dean, que llegó a registrar la máxima Categoría 5 horas antes de llegar a la costa de México, avanzó a través de algunas de las zonas más pobres del país. Y luego enfiló hacia el corazón de la industria petrolera costa afuera, en el golfo de México, una vez perdió ímpetu y quedó reducida a una depresión tropical.
Afortunadamente, la tormenta eludió las grandes ciudades. Y cuando llegó a las plataformas petroleras, que bombean una de las principales riquezas del país, carecía de vigor suficiente.
También ayudó que los habitantes atendieron las advertencias del gobierno, que fueron divulgadas en español y en maya. Por lo menos 18.000 personas huyeron a refugios del gobierno antes de que la tormenta llegara. Funcionarios de turismo también mostraron organización, y evacuaron a más de 50.000 turistas de Cancún y de la llamada Riviera maya.
En el pasado, muy pocas personas hubieran abandonado sus hogares o sus negocios por miedo a los saqueos. Ahora, las personas advierten el peligro que traen los huracanes, luego de observar la devastación causada por el Wilma en Cancún, en el 2005, y por el Mitch, que mató a casi 11.000 personas en Centroamérica en 1998.
Joel Cruz, de 30 años, un comerciante de Poza Rica, dijo que ahora, los habitantes están más al tanto de los peligros. "Antes, esperábamos hasta último momento antes de mover un dedo", señaló.
Beatriz Hernández, de 31 años, dijo que en 1999, los habitantes de Tajin, en Veracruz, ignoraron las advertencias antes de que las inundaciones mataran a 350 personas y destruyeran decenas de miles de viviendas.
"Ahora sabemos que cuando dicen que va a ser malo, será realmente malo", dijo Hernández.
El gobernador de Veracruz, Fidel Herrera dijo que hubo menos daños porque las autoridades fueron más eficaces y más rápidas para responder.