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NACIONALES: Masiva marcha exige la salida del gobernador y la fuerza federal

Raúl Cortes/EFE
Domingo, 05 de Noviembre de 2006

La movilización de la APPO llegó a tener más de dos kilómetros de extensión. Foto PI/Agencia LIBRE       ver galería

Oaxaca, México. 5 de noviembre.- Decenas de miles de personas se manifestaron hoy de forma pacífica en la ciudad mexicana de Oaxaca (sur) para exigir la renuncia del gobernador del estado homónimo, Ulises Ruiz, y el retiro de las fuerzas federales que custodian el centro de la localidad.

Aunque no existen datos oficiales sobre la cantidad de manifestantes, la movilización llegó a tener más de dos kilómetros de extensión.

La marcha no cumplió, sin embargo, las expectativas de los organizadores, quienes esperaban contar con cientos de miles de seguidores.

Al grito de "Ya cayó, ya cayó, Ulises ya cayó" y "Oaxaca no es cuartel, fuera el Ejército de él", los participantes en la caminata expresaron su descontento con Ruiz y con el presidente del país, Vicente Fox, por haber enviado hace una semana a la Policía Federal Preventiva (PFP) para restablecer el orden.

El conflicto, que comenzó el 22 de mayo pasado con una huelga del magisterio, ha causado más de diez muertes en violentos enfrentamientos callejeros, así como decenas de heridos y detenidos.

Los dirigentes de la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO), una organización creada cuando se radicalizó la situación en junio y que ha rebasado a los maestros en el liderazgo de las protestas, convocaron y encabezaron la marcha.

El punto de partida fue un monumento al ex presidente mexicano Benito Juárez situado en el acceso oeste a Oaxaca, que conecta con la autopista hacia el interior de México y se encuentra a nueve kilómetros del zócalo o plaza principal del centro de la ciudad.

Juárez, considerado uno de los primeros mandatarios indígenas de Latinoamérica, fue un político oaxaqueño que gobernó México en un período de máxima convulsión política entre 1861 y 1872.

En previsión de que los manifestantes intentaran penetrar en el zócalo, las ocho bocacalles que dan a esa plaza amanecieron hoy con alambradas colocadas por las columnas de efectivos de la PFP que la resguardan día y noche.

Desde el monumento a Juárez, donde se congregaron unas 2.000 personas, hasta el núcleo de la ciudad, la manifestación creció de volumen a cada paso, por la adhesión de miles de vecinos de las áreas periféricas por donde pasó, algunos de los cuales ofrecieron agua y refrescos a los participantes.

La manifestación también contó con el apoyo de sectores sociales de otros estados mexicanos, como Michoacán, Chiapas y Veracruz, así como desde el Distrito Federal.

Precisamente, desde la capital mexicana llegó en la madrugada una caravana de autobuses con los manifestantes oaxaqueños que fueron hace un mes a reclamar infructuosamente al Senado federal que apartara a Ruiz del cargo.

Además de la cúpula de la APPO, lideraron la marcha los familiares de los "desaparecidos" (detenidos) por las fuerzas federales en los disturbios de los últimos días y los "caídos" (muertos) en los confusos choques callejeros que se han producido de forma intermitente desde hace cinco meses.

Una de las víctimas fue el periodista estadounidense Bradley Will, quien murió el 27 de octubre de un tiro en el abdomen, en la jornada más violenta del conflicto, saldada con otras tres muertes.

Horas antes de la marcha, se produjo un nuevo incidente sangriento cuando unos desconocidos, que la APPO identificó como secuaces del gobernador Ruiz, abrieron fuego contra la emisora de radio de la universidad pública estatal oaxaqueña, el instrumento de propaganda de este grupo.

Los disparos causaron graves heridas a Marcos Sánchez Martínez, un estudiante de Ingeniería del Instituto Tecnológico de Oaxaca, quien recibió un disparo de bala en el estómago por el que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente, dijeron a Efe fuentes hospitalarias que calificaron su estado de "delicado".

Pese a los augurios más pesimistas, al llegar al centro oaxaqueño los manifestantes, en lugar de ir al zócalo, se desviaron hacia el convento de Santo Domingo, donde los grupos insurrectos realizan sus asambleas desde que se les desalojó de aquella plaza.

Eso fue posible porque los líderes de la APPO cortaron el paso a algunos radicales que intentaron enfrentarse a la policía, aunque no pudieron evitar algunos conatos de confrontación aislados al concluir la movilización.

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