Ofensiva gubernamental llega a Tijuana, colindante con EEUU

AP
Miercoles, 03 de Enero de 2007

En la nueva ofensiva del presidente Felipe Calderón contra el narcotráfico, contingentes de militares y PFP llegan a Tijuana. Foto:AP

ver galería

Tijuana, México. 03 de enero. Un contingente de soldados y policías federales comenzó a desplegarse el miércoles en Tijuana con la colocación de retenes y la inspección de estaciones de policía para contener la violencia en la ciudad, fronteriza con Estados Unidos, en la nueva ofensiva del presidente Felipe Calderón contra el narcotráfico.

Apoyada con helicópteros, aviones y embarcaciones, la fuerza enviada a Tijuana, al otro lado de la ciudad estadounidense de San Diego, llegará a sumar 3.300 efectivos, de acuerdo al gobierno mexicano. Por ahora se desconoce el número que llegó a la ciudad el miércoles por la noche.

Al menos dos estaciones de la policía local fueron visitadas por unidades militares para revisar los documentos y las armas de centenares de agentes.

Según policías federales, en la ciudad existe una red de agentes corruptos que apoyan a traficantes en el contrabando de toneladas de cocaína, metanfetamina y marihuana por el concurrido cruce fronterizo hacia Estados Unidos. Sin embargo, no hubo informaciones inmediatas de detenciones.

Llamada "Operación Tijuana", la movilización representa la segunda gran ofensiva militar contra el narcotráfico que lleva a cabo el gobierno de Calderón, quien asumió el cargo el 1 de diciembre con la promesa de abatir al crimen organizado.

El mes pasado, Calderón envió 7.000 soldados a su estado natal de Michoacán, que ha sido plagado por ejecuciones y decapitaciones en la lucha de bandas rivales por plantíos de marihuana y rutas del narcotráfico.

Calderón hizo su primera visita a la fuerza enviada a Michoacán en una base militar en la ciudad de Apatzingán el miércoles, y acudió con gorra y chaqueta del ejército a un desayuno con 200 efectivos.

"Reitero que ésta no es una tarea fácil ni será rápida", dijo el presidente. "Tomará mucho tiempo, implicará enormes recursos de los mexicanos; incluso la pérdida lamentable de vidas humanas".

Empero, señaló, "si seguimos trabajando como hasta ahora, nuestras ciudades y nuestra tierra no quedarán en manos de delincuentes, sino en manos de gente honesta que trabaja para sacar adelante a sus familias".

Los traficantes de drogas fueron responsables de más de 2.000 homicidios en todo México en el 2006 y han dejado un rastro especialmente largo de violencia y muertes en Michoacán, ubicado en la región central del país, y en Tijuana en el estado noroccidental de Baja California. En Tijuana, al menos 300 personas fueron muertas el año pasado.

Hasta ahora los soldados en Michoacán han arrestado más de 50 personas, entre ellas varios presuntos líderes de los cárteles, y han incautado grandes cantidades de oro, chalecos antibalas, equipo militar y camisas con logotipos de la policía federal y municipal.

Los políticos de oposición y sectores de la población han expresado sus dudas sobre el impacto que tendrán las acciones del mandatario, las cuales han recibido mucha publicidad.

El gobierno anterior que presidió Vicente Fox envió a miles de soldados y policías federales a poblados asolados por los narcotraficantes y arrestó a varios capos importantes durante su período de seis años, pero aparentemente dichas acciones desataron más violencia, pues los delincuentes prófugos se enfrentaron para quedarse con las rutas de contrabando de los muertos o detenidos.

Calderón dijo a los soldados en Michoacán que sus acciones no serán vano.

"Estamos decididos a recuperar la seguridad, no sólo de Michoacán o Baja California, sino de toda región de México que esté amenazada por el crimen organizado", afirmó el presidente.