Padecen desnutrición el 40 por ciento de los mexicanos
Prensa Internacional
Lunes, 04 de Febrero de 2008
| Un elevado costo y la baja calidad de los alimentos, son los causantes. Foto:PI/Enrique CONTLA
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México, D.F., 04 de febrero. En los últimos 40 años, el poder adquisitivo de las familias mexicanas se deterioró en cerca del 70 por ciento, por lo que los padecimientos de desnutrición o deterioro alimentario se incrementaron hasta alcanzar al 40 por ciento de la población.
De acuerdo con información difundida por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el encarecimiento en los productos básicos y el bajo poder adquisitivo de las familias, principalmente en zonas rurales, han favorecido la propagación de problemas de desnutrición en casi la mitad de la población mexicana, de los cuales, 25 millones de personas se encuentran en condiciones críticas.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el 32.5 por ciento de la población económicamente activa en México percibe mensualmente entre $1,500 y $3,000 pesos mensuales, dicha cantidad es el sustento de familias integradas en promedio por 5 personas.
Felipe Torres Torres, académico del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, aseguró que el presupuesto necesario para abastecer con productos de la canasta básica a una familia mexicana promedio es de $4,500 pesos mensuales.
El investigador afirmó que la diferencia entre el ingreso de los mexicanos y el elevado costo de los productos, además de la baja calidad de los alimentos, son los causantes de los problemas alimenticios que enfrenta la nación.
“El caso de la tortilla es emblemático, en 2007 el producto se incrementó en más de 20 por ciento y existe la amenaza de que aumente todavía más. La población tiene problemas en términos de su ingesta”, advirtió.
No obstante, Torres Torres advirtió que el problema de alimentación que enfrenta nuestro país no solamente implica desnutrición, ya que diversos sectores de la población están en riesgo padecer enfermedades graves y costosas como la diabetes, debido a la pobreza de su dieta.
“Se ha tendido a ingerir más carbohidratos y azúcares, que dan energía pero que no tienen niveles de proteína importantes. Ello incide directamente en la acumulación de grasa en el cuerpo. La gente consume preferentemente tamales, atole, frijoles, tortillas y refrescos”, añadió.
El economista afirmó que el gasto que representa mantener a las personas diabéticas en los sistemas de salud resulta mucho más oneroso que implementar un programa para el mejoramiento de las condiciones alimenticias.
Para concluir, el especialista aseguró que los problemas de alimentación en México sólo podrán resolverse disminuyendo el precio de los productos básicos, por lo que consideró que la apertura agropecuaria del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) no contribuirá a solucionar del problema:
“El reto para la seguridad alimentaria interna, visto como el acceso al consumo de producción agropecuaria, consiste en conseguir alimentos suficientes a bajo costo, garantizar el abasto y su obtención, una disminución regional del crédito en básicos y medidas proteccionistas temporales y diferenciadas que frenen el embate de la apertura comercial sobre esquemas no competitivo”, concluyó.