Presidente de Ecuador se reprocha la muerte de mexicanos
Laura Rivas/PI
Sábado, 12 de Abril de 2008
| El presidente Correa se disculpó con ellos por no haber podido conservar la vida de sus hijos. Foto:PI/Octavio NAVA
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MEXICO, D.F. El presidente de Ecuador, Rafael Correa Delgado, aseguró que se reprocha no haber podido evitar la muerte de los cuatro mexicanos que fallecieron durante el ataque perpetrado en su país por el gobierno de Colombia contra un campamento de las FARC.
Al dictar una conferencia en el Museo de San Ildefonso, en el marco de su visita oficial a México, Rafael Correa externó su indignación por el ataque ante familiares de las víctimas, quienes acudieron al recinto para solicitar, mostrando pancartas, una audiencia con el mandatario en la que pedirán apoyo para repatriar los cadáveres de sus familiares.
“Veo aquí a los familiares de las víctimas, esos jóvenes asesinados en mi patria, me llena el corazón de dolor e indignación, y también de preocupación, al preguntarme si no habremos podido hacer algo más”, dijo.
Luego de aceptar entrevistarse con los deudos, el presidente Correa se disculpó con ellos por no haber podido conservar la vida de sus hijos.
“A veces uno siente impotente, incapaz de poder hacerlo que quiere, y créanme que me siento indignado al no haber podido hacer más por conservar la vida de sus hijos, por haber evitado la masacre”, añadió.
Rafael Correa refrendó su solidaridad con los familiares de los jóvenes, e insistió en que el apoyo que su gobierno está brindando a la única sobreviviente del ataque, la estudiante universitaria María Morett, es igual al que considera que México prestaría a un ecuatoriano en las mismas circunstancias.
Por su parte, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Narro Robles, agradeció al presidente ecuatoriano el apoyo brindado a los estudiantes, y sus familiares, afectados por el ataque.
Narro Robles aseguró que la UNAM rechaza la violencia, por ser la antítesis de sus valores, como rechaza la pobreza y la injusticia que la provocan.
“Esta centenaria institución, la principal casa de cultura, de estudios e investigación de la nación mexicana, no puede aprobar que la violencia se imponga como método de lucha, como tampoco acepta el conformismo que admite la existencia de la pobreza y la injusticia, como partes irremediables de la sociedad”, concluyó.