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Prolifera el Síndrome de Agotamiento Emocional

Prensa Internacional
Miercoles, 12 de Marzo de 2008

Guitart indicó que el Síndrome de Burnout se caracteriza por cansancio, debilidad, fatiga y agotamiento. Foto:PI/Octavio NAVA       ver galería

MEXICO, D.F. La especialista en psicología laboral de la Universidad Anáhuac, Alejandra Apiquian Guitart, afirmó que el Síndrome de Burnout, o Síndrome de Agotamiento Emocional o Profesional, es cada vez más común en la sociedad mexicana, por lo que requiere que se adopten medidas para su prevención y tratamiento.

Al participar en el Seminario Permanente de Salud en el Trabajo de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la especialista explicó que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Síndrome de Burnout es una enfermedad laboral que provoca detrimento en la salud física y mental de los individuos.

Apiquian Guitart indicó que el Síndrome de Burnout se caracteriza por ansiedad y angustia, cansancio, debilidad, fatiga, agotamiento, hipersensibilidad emocional, pérdida de concentración, depresión, falta de realización profesional y personal, baja autoestima y disminución del rendimiento laboral.

El padecimiento, que se presenta principalmente en profesiones relacionadas con el servicio y el trato social, como son médicos, enfermeras, docentes, psicólogos, trabajadores sociales, vendedores, empleados bancarios, policías, cuidadores y estudiantes universitarios, tiene varias dimensiones: agotamiento emocional, cansancio y fatiga física, o una combinación de ambos.

“Es común encontrar gente que llega cansada los lunes o después de las vacaciones, pero eso se debe a un agotamiento emocional”, aclaró.

Dicho padecimiento trae consigo la “despersonalización” o “deshumanización” de los individuos que lo padecen, ésta característica se manifiesta en el desarrollo de actitudes negativas, insensibilidad o cinismo. Las personas se encuentran irritables, se distancian con los clientes, pacientes o compañeros de trabajo, consideran su oficio de forma negativa y se sienten fracasados.

Los síntomas físicos del padecimiento son: fatiga crónica, cansancio, dolores de cabeza, musculares, de cuello y espalda, insomnio, pérdida o aumento de peso, desórdenes gastrointestinales, malestares en el pecho, palpitaciones, hipertensión, crisis asmática, resfriados frecuentes y aparición de alergias.

En tanto, las señales emocionales son irritabilidad y ansiedad generalizada, depresión, aburrimiento e impaciencia.

En materia conductual, el Síndrome de Burnout produce apatía, hostilidad, sarcasmo, pesimismo, ausentismo laboral, y abuso en el consumo de café, tabaco, alcohol o fármacos.

Según datos proporcionados por la psicóloga de la Anáhuac, existen factores que intervienen para el desarrollo del síndrome, tales como el horario de trabajo, la seguridad y estabilidad en el puesto, así como la antigüedad, ya que después de ciertos años de desempeñar el mismo puesto éste puede agotar emocionalmente a las personas.

De acuerdo con información difundida por la UNAM, Alejandra Apiquian Guitart indicó que el Síndrome de Burnout tiende a incrementarse con el tiempo, por lo que lo ideal es atenderlo cuando se presentan los primeros síntomas.

“La primer señal de alarma es la dificultad para levantarse por la mañana, porque el afectado ya no quiere ir a trabajar. En forma moderada, hay insomnio y problemas de atención y concentración, así como una tendencia a la automedicación”, detalló.

En su expresión más grave, del Síndrome de Agotamiento Emocional o Profesional origina ausentismo laboral, aislamiento, crisis existenciales e ideas suicidas.

Ante tal panorama, Apiquian Guitart consideró indispensable brindar información en las empresas, porque la gente llega a creer que es normal estar cansado o no querer ir al trabajo. Además, es necesario vigilar las condiciones del ambiente laboral y fomentar el trabajo en equipo.

“Cuando ya se generó el síndrome, se requiere intervención individual, consistente en estrategias cognitivo-conductuales, que permitan eliminar o mitigar las fuentes de estrés; terapia grupal, mediante el fomento de redes de apoyo social, donde los mismos compañeros ayuden a la persona a detectar y a vencer sus síntomas, y organizacional, cuando se eliminan o disminuyen los factores que generan estrés”, finalizó.

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