Vigencia de López Obrador se define en aniversario de comicios

E. Eduardo Castillo/AP
Jueves, 28 de Junio de 2007

López Obrador no ha logrado su aspiración de convertirse en la sombra que estorbaría al gobierno de Calderón. Foto PI/Octavio NAVA

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México, 28 de junio. Obstinado en su deseo de influir social y políticamente, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador enfrentará la mayor prueba de apoyo o indiferencia popular justamente en el primer aniversario de los comicios presidenciales más disputados de la historia reciente del país.

El autoproclamado "presidente legítimo" convocó para el 1 de julio a una marcha y un mitin en la plaza capitalina del Zócalo, un acto que le servirá para recordar lo que a su juicio fueron unas elecciones fraudulentas, pero también para saber si aún es capaz de reunir multitudes como lo hizo en diversas ocasiones hasta el 2006.

"Sí es una prueba importante", reconoció a la AP José Agustín Ortiz Pinchetti, secretario de Relaciones Políticas del llamado "gobierno legítimo", que López Obrador formó tras haberse ratificado, con una ventaja de medio punto porcentual, el triunfo de su rival y ahora presidente, Felipe Calderón.

Para Ortiz, una respuesta masiva les significaría una "expresión de vitalidad política", aunque también aseguró que están conscientes de lo que implicaría lo contrario.

"Nosotros estamos optimistas, pero sí, sería una señal de debilidad si nosotros no logramos que concurra" la gente, señaló.

A un año de los comicios del 2 de julio del 2006, López Obrador no ha logrado su aspiración de convertirse en la sombra que estorbaría al gobierno de Calderón. Pero tampoco desapareció de la escena como algunos apostaban.

"Está en un punto intermedio entre lo que él quería y lo que sus adversarios deseaban", comentó a la AP el analista del Colegio de México, Lorenzo Meyer.

Atrás quedaron las concentraciones que desbordaron calles y plazas, y también están lejanos las concentraciones que promovió para presionar al tribunal federal electoral para que hiciera un recuento de los votos, luego de que un primer conteo lo dejó en segundo lugar de la contienda por debajo de Calderón, del partido conservador Acción Nacional.

Sin los medios de comunicación que a diario lo siguieron hasta el 2006, por momentos ha parecido que López Obrador se desvaneció luego de que Calderón asumió el poder el 1 de diciembre.

Salvo cuando hace algunas semanas se supo que había tenido otro hijo, los medios prácticamente se han olvidado del ex alcalde capitalino, pese a que ha continuado con sus actividades en busca de apoyo social a su "presidencia legítima", aunque sin la estridencia que lo caracterizó con los llamados a grandes movilizaciones.

Pese a que se niega a reconocer a Calderón como presidente, algunos de los gobernadores de su Partido de la Revolución Democrática se reunieron recientemente con el actual mandatario sin que trascendieran los temas tratados.

Según Ortiz, el ex candidato optó por un movimiento "más ghandiano", de resistencia civil pacífica con acercamientos directos con la gente en sus comunidades y que se asegura es financiado con aportaciones voluntarias.

En los últimos seis meses ha visitado 525 de los 2.445 municipios del país buscando apoyo y animando a la gente a que se afilie a su movimiento mediante la firma de una carta compromiso y la obtención de una credencial.

De hecho, el izquierdista aprovechará el mitin del 1 de julio para revelar el número de afiliados que, según aseguró Ortiz, alcanzan los cientos de miles.

Aunque sus mítines en el país han distado de tener una convocatoria multitudinaria como antaño y sus actividades no han repercutido directamente en la agenda política nacional, su discurso central de que fue víctima de un fraude electoral aún tiene eco en una parte de los mexicanos.

Una encuesta del diario Reforma divulgada a principios de junio señaló que el 38% de los mexicanos considera que la elección presidencial fue fraudulenta y un 62% dijo que aún hay resentimientos en la sociedad por el resultado.

"Es una parte donde sí tuvo algún impacto. Aunque no sea lo prioritario en la agenda nacional, no es algo que se pueda marginar completamente", dijo a la AP el analista del Instituto Tecnológico Autónomo de México, Federico Estévez.

Para el analista José Antonio Crespo, del Centro de Investigación y Docencia Económicas, una asistencia masiva al acto de López Obrador "confirmaría que el descontento sigue, y que aunque no se haya optado por la vía de la confrontación no significa que la gente ya se conformó" con los resultados electorales.

El tribunal electoral, al momento de ratificar el triunfo de Calderón, reconoció que hubo irregularidades en el proceso pero afirmó que no fueron determinantes para afectar el proceso electoral.

Pero aunque su movimiento reciba una nueva bocanada de aire el 1 de julio, para algunos analistas el izquierdista sólo podría volver a influir en la agenda si entra a una nueva contienda.

"Este hombre no revivirá como figura política, sino hasta que logre encabezar otra vez un movimiento electoral", afirmó Estévez

Otros como Meyer, sin embargo, consideran que se debe estar atento a si en el futuro logra conformar una minoría organizada y activa.

"Al final, cualquier movimiento exitoso empieza por la minoría organizada", señaló.