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Ya sin desaparecidos en Juchitán, topos apoyan en revisión de casas

El Discurso
Lunes, 11 de Septiembre de 2017

En Juchitán murieron 37 personas y no quedan desaparecidos por buscar, así que los topos en esta ocasión sólo apoyan a las autoridades en la revisión de viviendas.       ver galería

Por las calles de Juchitán, ciudad muy dañada por el terremoto del jueves, avanzan los hombres topos. Así se conoce a los rescatistas voluntarios de México desde 1985 cuando, de manera espontánea, otros como ellos se metieron arrastrándose entre los edificios caídos en Ciudad de México para buscar sobrevivientes del terremoto que entonces dejó unos 10 mil muertos.

Algunos participaron aquella vez, sin más herramientas que sus manos, en el rescate de familiares, amigos o personas desconocidas que gemían debajo de bloques de cemento. Los topos de ahora, en cambio, pertenecen a una segunda generación especializada en búsqueda y rescate, que ha intervenido también en catástrofes en otros países, como Haití, Japón o Irán.

Luis Alva es uno de ellos. Es integrante del grupo Rescate Internacional Topos, una de las agrupaciones desprendidas de la Brigada Internacional de Rescate Topos Azteca (Birta), el grupo original formado después de 1985 por el rescatista Héctor El Chino Méndez.

En Juchitán murieron 37 personas y no quedan desaparecidos por buscar, así que los topos en esta ocasión sólo apoyan a las autoridades en la revisión de viviendas y el censo de damnificados.

Nuestra misión principal es la búsqueda y rescate. Al no haber necesidad, cambiamos un poco la función en cuestión preventiva, dijo Alva a la agencia Dpa. “Hemos hecho evaluaciones rápidas de vivienda para que las personas puedan ingresar o de plano ni siquiera intenten hacerlo. Hemos concientizado a la gente de que lo importante es la vida, que no traten de regresar a sus casas y menos ahora que hemos tenido cientos de réplicas, explicó.

Los daños en Juchitán, ciudad de 98 mil habitantes ubicada unos 720 kilómetros al sur de Ciudad de México, fueron los más graves ocasionados por el terremoto de 8.2 Richter que estremeció a México cerca de la medianoche del jueves.

El movimiento telúrico destruyó el Palacio Municipal, la iglesia de San Vicente Ferrer, patrono del pueblo, y al menos mil casas. Mucha gente tiene que dormir en refugios o en la calle.

Hubo cualquier cantidad de daños materiales. Afortunadamente no hubo tantas pérdidas humanas. Desde luego es altísimo, pero viendo cómo quedó la infraestructura, cómo quedaron las zonas habitacionales, la verdad que fue increíble que no haya tenido tanta pérdida de vida, dice Alva.

El 19 de septiembre de 1985 Ciudad de México fue sacudida por un terremoto de 8.1 a las 7:19 de la mañana. Al día siguiente una réplica de 7.9 terminó de derribar edificios que habían quedado dañados. La catástrofe fue gigantesca.

En el terremoto del jueves, que fue el más fuerte en un siglo en México, murieron en total 90 personas, la mayoría en los estados de Oaxaca y Chiapas. La cifra es baja en comparación con la tragedia de hace tres décadas.

Es el de mayor magnitud en los pasados 100 años y no hubo daños importantes en Ciudad de México, por eso vinimos a Juchitán a sumarnos, explicó Alva. Todavía el sábado un edificio dañado se vino abajo. “Precisamente por eso es necesaria la evaluación rápida. La gente dice: ‘ah, está agrietadito’, pero esa grieta puede ocasionar un daño impresionante, por eso estamos acordonando áreas”, cuenta.

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