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Ochoa se prepara para balancear el golf y una familia

AP
Miercoles, 18 de Noviembre de 2009

La mexicana Lorena Ochoa contraerá matrimonio el mes próximo en su natal Guadalajara. Foto: Javier ROJAS/PI       ver galería

GUADALAJARA, México. Este ha sido uno de los mejores años en la vida de Lorena Ochoa, y no ha tenido nada que ver por su condición de número del golf femenino.

La mexicana contraerá matrimonio el mes próximo en su natal Guadalajara. Su compromiso ha sido noticia de primera plana en los diarios del país. Pero el inminente casamiento tal vez no sea lo mejor para al tour de la LPGA, que imperiosamente necesita de una figura dominante.

Ochoa no estuvo en esa categoría este año.

Apenas ganó tres títulos esta temporada y ni siquiera estuvo en la pelea en los cuatro grandes torneos tras totalizar 21 en los tres anteriores, incluyendo un par de 'majors'.

Y la surcoreana Jiyai Shin se perfila para llevarse el premio a la mejor jugadora del año, uno que Ochoa ganó tres veces seguidas.

Ochoa terminó compartiendo el sexto puesto durante el fin de semana en el torneo que lleva su nombre. Michelle Wie logró imponerse para conseguir el primer título de su carrera y eclipsó a la mexicana en su propio feudo.

"En lo personal ha sido un año mejor (con respecto a los tres previos)", dijo Ochoa. "No ha sido, en resultados, lo de otros años. Ha sido un balance entre la situación personal y el golf. Estoy contenta".

Ochoa se ha erigido entre las principales figuras deportivas en México y la expectativa es que gane siempre.

Ahora viaja más, juega menos y tiene más compromisos fuera del golf, como su propia fundación para obras de caridad. También planea mudarse de Guadalajara a la Ciudad de México después que se case Andrés Conesa, el director general de la aerolínea Aeroméxicom, una de sus patrocinadores.

Conesa es padre de tres hijos de un matrimonio previo, así que Ochoa se encontrará con una nueva familia.

Ochoa podría emular el ejemplo de Annika Sorenstam, la ex número del mundo que se casó este año apenas semanas después de poner fin a su carrera. Dio a luz a una bebé en septiembre.

"Voy a pensar en una familia, pero luego", dijo Ochoa, a quien sus compañeros del tour suelen describirla como una "gran embajadora" y una "gran persona".

Brittany Lincicome dice que Ochoa no cambió esta temporada, excepto que ahora está "más obligada con otras cosas". Lincicome dijo que Ochoa dejó de asistir a las reuniones habituales de un grupo de deportistas cristianos.

"Dijo que no tenía tiempo", señaló Lincicome. "Sigue siendo religiosa, pero nos dijo que tiene otras obligaciones".

Con todas las distracciones, el talón de Aquiles en su juego fue tal vez su 'putt'. Esa fue su queja la semana pasada, aunque se le vio practicando poco en los 'greens'.

Paula Creamer, quien quedó segunda detrás de Wie, puso énfasis en el tiempo que se le debe dedicar a practicar.

"Es lo que se ve con los jugadores número uno", dijo Angela Stanford. "Tienen más exigencias de su tiempo ... No me imagino planificar una boda y al mismo tiempo ser la número uno del mundo. Estoy seguro que debe ser más difícil".

Ochoa ha sido la número uno durante dos años y medio, y seguirá en lo más alto hasta el próximo año sin importar el resultado del torneo final de temporada en Houston. Pero Shin, quien lidera la lista de ganancias, le está pisando los talones.

Sorenstam no tenía quien le hiciera sombra en sus mejores años y de Ochoa se esperaba que hiciera lo mismo.

El retiro de Sorenstam quizás le puso más presión a Ochoa, quien dominó en algunos ratos pero que en Estados Unidos --en particular-- no tiene el mismo tipo de arrastre que goza Wie.

"Con la salida de Annika, la responsabilidad fue mayor de lo que se esperaba", dijo el portavoz de la LPGA David Higdon. "Lorena quedó atrapada en el medio en cierta forma. Annika siempre fue un ícono. Creo que la gente no se da cuenta lo mucho que Annika permitió que Lorena madurase como jugadora".

Juli Inkster ha estado en la situación de Ochoa.

La veterana de 49 años ha ganado siete majors y 31 títulos en totales, balanceando las responsabilidades de una familia con su carrera deportiva.

"No fue fácil y mis resultados mostraron los altibajos", dijo Inkster, quien empezó a viajar con sus hijas seis meses después que nacieran. Ahora tienen 19 y 15 años.

"Siento que Lorena aún tiene esa pasión por el golf", comentó Inkster. "Creo que quiere seguir siendo la número uno. Pero no creo que el golf es lo que define a Lorena. El golf es su oficio, no lo que ella es".

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