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Liverpool recuerda bicentenario de abolición de trata de esclavos

Robert Barr/AP
Viernes, 16 de Marzo de 2007

La ley de 1807 fue un hito, pero Gran Bretaña esperó otros 26 años para abolir la esclavitud en las colonias. Foto AP       ver galería

Liverpool, Gran Bretaña, 16 de marzo. Muchos admiradores de los Beatles llegan a esta ciudad y buscan Penny Lane, imaginando que ese callejón, como dice la canción, "está en mis oídos y en mis ojos, ahí, bajo los cielos suburbanos". Pero el nombre del lugar tiene un origen siniestro, que todavía se recuerda.

El callejón en la ciudad natal del célebre cuarteto recibió su nombre en honor a James Penny, un tratante de esclavos e inversionista que financió once viajes, en cada uno de los cuales los esclavistas atraparon a unos 500 ó 600 cautivos para llevarlos al Nuevo Mundo.

Penny fue uno de varios ingleses que se enriquecieron y colmaron de caudales a su ciudad mediante el tráfico de seres humanos, hasta que éste fue abolido hace 200 años. Sus barcos transportaban a millones de seres humanos desde el poniente de Africa hasta las plantaciones en América, en una ruta triangular, que también traía a Inglaterra los codiciados cargamentos de azúcar, tabaco y ron.

Según el historiador local Ray Costello, el ascenso de Liverpool como una próspera ciudad portuaria está sintetizado en la inscripción en la fachada de un banco: dos niños negros cargan el peso de Liverpool, representado por Neptuno.

"Lo que esto significa realmente es que este banco fue fundado gracias al comercio de esclavos", dijo Costello.

El mensaje ha cobrado una mayor resonancia de cara al 25 de marzo, cuando se celebra el bicentenario de la promulgación de una ley en el parlamento británico para abolir la trata de esclavos en las colonias _aunque la medida no proscribía la esclavitud_.

El problema de Liverpool es su "historia oculta; nadie quiere hablar de esto", explicó Eric Lynch, habitante negro del puerto, quien trabaja como guía de turistas.

Pero algunos han reconocido ese pasado.

La asamblea de la ciudad pidió disculpas formales en 1999 y expresó "vergüenza y remordimiento por la participación de la ciudad en este comercio basado en la miseria humana".

Además, ha encomendado la realización de una obra escultórica llamada "Reconciliación", dos figuras abstractas de bronce que se abrazan. Las estatuas serán develadas este año en Richmond, Virginia y Benín, el puerto africano desde donde zarpaban los barcos con su carga de esclavos hacia Liverpool.

El 23 de agosto, aniversario del levantamiento de los esclavos en la antigua colonia francesa de Haití (1791), Liverpool inaugurará el Museo Internacional de la Esclavitud. Parte de su misión es recuperar la historia de Liverpool, que es actualmente un tema delicado.

Lynch, el guía de turistas, encuentra los ecos de esa historia en las calles cuyos nombres recuerdan a tratantes de esclavos _Bamber, Banastre, Cunliffe, Gascoyne, Oldham, Seel, Tarleton_; en el barandal hecho con cadenas en un balcón de una empresa que dependía del comercio de seres humanos; en el rostro de una mujer negra, tallado sobre el friso del Palacio del Ayuntamiento.

Barbara Mace, integrante de la asamblea de Liverpool, propuso el año pasado rebautizar las calles cuyos nombres estuvieran relacionados con la esclavitud, y se sorprendió al saber que Penny Lane era una de ellas. Después del debate acalorado, la propuesta se rechazó.

Liverpool fue alguna vez el hogar de John Newton, el capitán de un barco de esclavos, quien apoyó después la abolición.

El abolicionista Thomas Clarkson visitó Liverpool en 1787, y recopiló historias de horror de los marinos. Compró además herramientas utilizadas en el comercio de esclavos: cadenas, grilletes y hierros de marcar, presentados como evidencias para apoyar la campaña de 20 años librada por William Wilberforce en el Parlamento a fin de abolir la trata.

"Para finales del siglo XIX, muchas familias ricas trataban de sanear su fortuna y se deshicieron de cualquier rastro de la esclavitud", dijo Costello, quien ha investigado la historia de los negros en la ciudad durante casi medio siglo.

A juicio de Costello, lo que Liverpool debe hacer es "descorrer las cortinas y ver a los negros", quienes han estado en la ciudad desde el siglo XVIII pero siguen siendo confundidos frecuentemente con inmigrantes recientes.

Los negros representan actualmente el 7% de la fuerza de trabajo de la ciudad, de 450.000 personas.

Richard Benjamin, director del nuevo museo, dijo que sólo hay registros de 11 esclavos que fueron vendidos en la ciudad. Algunos obtuvieron su libertad por pelear contra la revolución estadounidense, y viajaron a Liverpool, mientras que otros llegaron como tripulantes de los barcos, dijo Costello.

La ley de 1807 fue un hito, pero Gran Bretaña esperó otros 26 años para abolir la esclavitud en las colonias. Estados Unidos lo hizo en 1865 y Brasil en 1888.

La ciudad se unió al comercio de esclavos en 1699 cuando zarpó el barco Liverpool Merchant, con 220 esclavos africanos, rumbo a Barbados. Thomas Johnson, copropietario del buque, es considerado el fundador del Liverpool moderno, y hay una calle que lleva su primer nombre.

Para 1750, Liverpool había rebasado a Londres y Bristol como puerto de trata. Cuarenta y cinco años después controlaba el 80% del comercio británico de esclavos, y representaba dos quintas partes del total en Europa.

En 1798, 149 barcos salieron de Liverpool al continente africano, con capacidad oficial para traer 53.000 esclavos.

De acuerdo con un conteo, los tratantes de Liverpool transportaron a 1.364.930 africanos en 5.249 viajes entre 1699 y 1807.

Era un comercio brutal, en el que incontables africanos murieron por maltratos, violencia, enfermedades y naufragios.

Alexander Falconbridge, capitán de Bristol que después se volvió abolicionista, dijo que los esclavos en algunos barcos iban hacinados unos encima de otros, durante una travesía de al menos seis semanas. En 1788 escribió: "El suelo de sus habitaciones estaba tan lleno de sangre y fluidos corporales... que recordaba el piso de un matadero. "No es posible para la imaginación humana imaginar una situación más horrenda y repugnante".

Pero Penny dijo a los legisladores que los esclavos dormían a bordo de los barcos "mejor que cualquier caballero en tierra firme".

Una de las peores atrocidades ocurrió a bordo del Zong, un barco de esclavos que iba a Liverpool y donde brotó una epidemia. El capitán Luke Collingwood ordenó que la tripulación echara por la borda a 133 esclavos enfermos, y luego trató de cobrar el seguro por la "pérdida de mercancía".

El abolicionista Granville Sharp exigió un juicio por homicidio, pero el abogado del gobierno respondió: "Esto es una locura, los negros eran de su propiedad".

Aquel hecho dio ímpetu a la lucha de los abolicionistas.

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